viernes, 25 de abril de 2014

“El éxito en la innovación no debería de medirse por el número de patentes”

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Jakob Edler, director del Manchester Institute Así lo afirmó, Jakob Edler, director del Manchester Institute en la jornada organizada por Fundación Ramón Areces, el Foro de Empresas Innovadoras y el Institute of Research on Innovation (IREIN) sobre 'Nuevos enfoques sobre políticas de innovación'

Durante el desarrollo de esta sesión, expertos europeos han ofrecido un punto de vista novedoso sobre el estado de la I+D+i, ofreciendo recetas sobre cómo deben orientarse estas políticas para alcanzar resultados favorables. Jakob Edler, director del Manchester Institute of Innovation Research, desterró un tópico muy extendido: "El éxito en la innovación no debería de medirse por el número de patentes, sino por las necesidades reales que esos adelantos han cubierto. Estamos utilizando el parámetro equivocado", "A veces fracasan innovaciones porque no se ha detectado bien la demanda o incluso porque no se ha querido ver esa necesidad", añadió.

Edler insistió durante su alocución en la importancia de la demanda de innovación, subrayando que es necesario "aprovechar la demanda para arrastrar a la innovación hacia un rumbo concreto". "Es algo que no podíamos decir hace tan solo cinco años, pero la sociedad tiene ahora problemas distintos", ha asegurado. Contrario a planes de innovación a larguísimo plazo, ha concluido destacando la importancia que tiene el hecho de equivocarse en este terreno: "El fracaso es importante, es esencial para la innovación".

El modelo nórdico

A Jan Fagerberg, del Centre for Technology, Innovation and Culture de la Universidad de Oslo, le correspondió ofrecer una panorámica de la innovación desde la óptica de los países nórdicos, siempre considerados un modelo a seguir. Él mismo ha reconocido que fue en los años 40 del siglo pasado cuando Suecia empezó a tomarse muy en serio conseguir este progreso tecnológico. "Se vio claro que de esta manera se generarían más ingresos, habría más riqueza, más de todo para repartir entre todos", ha señalado. "Muchas de las políticas puestas en marcha entonces por parte de las estructuras gubernamentales hicieron posible que muchas empresas fueran más eficaces", añadió. E ilustró esa tesis con la alianza de Ericsson y Televerket desde los años 70 y que llevó a la primera firma en los inicios de los 90 a asumir un papel protagonista en el entonces incipiente mercado de la telefonía móvil.
Fagerberg recordó que el concepto de políticas de innovación es relativamente nuevo. Ayudado de un gráfico de Google sobre el uso de este término, demostró que fue a finales de los años 90 cuando ese concepto empezó a extenderse. En este sentido, ha recordado un estudio desarrollado en la Unión Europea en 1991 según el cual quedaba claro lo importante que iba a ser la colaboración de todos los actores implicados para alcanzar el éxito. "Son muchos los factores que es necesario tener en cuenta para tener un efecto positivo del esfuerzo público en innovación. Lo más importante quizá sea poner de acuerdo a todos los actores implicados para así evitar conflictos. Eso, sin olvidar que el efecto de una política específica no se puede evaluar sin tener en cuenta otras políticas asociadas".
Así, a su juicio, una política efectiva de innovación exige de una coordinación y de una perspectiva integrales, lo que significa que tienen que desarrollarse nuevos métodos de gobernanza. "¿Esto puede funcionar?", se ha preguntado Fagerberg. "El país que mejor se ha visto influido por estas políticas en todo el mundo es Finlandia y Finlandia es uno de los pocos países en los que durante mucho tiempo se ha subrayado la importancia de la coordinación de políticas", se ha respondido. Este experto noruego en innovación también ha querido subrayar la importancia de que todos crean en la fuerza de ese modelo: "En Finlandia el Primer Ministro es el primer implicado en el desarrollo de políticas de innovación".

(con información de LAWYERPRESS)