Agencias.- La justicia ratificó que el laboratorio
suizo no tiene derechos de patentes sobre Glivec, un medicamento usado
para tratar la leucemia crónica. Según sus argumentos, no posee nada
innovador que justifique el pedido. De esta forma, el país asiático
podrá seguir produciendo versiones más económicas. El fallo abre la
puerta a un mayor acceso a tratamientos.
Desde mediados del 2004, India y la farmacéutica multinacional
Novartis pelean una dura batalla legal por la producción genérica de
algunos tratamientos, que el país asiático decidió producir más allá de
la ambición del laboratorio de patentar de forma exclusiva. Como pasó
con algunos antirretrovirales, la industria india decidió producir una
versión económica de un oncológico, lo que generó la demanda de la firma
suiza. A más de 10 años del inicio del litigio, la justicia le dio la
razón a la India, una victoria que abre la puerta a una etapa de mayor
acceso a los fármacos, en especial para millones de personas de países
en desarrollo. Además, es un duro golpe para la industria farmacéutica,
que no le perdona sus planes autónomos al gigante asiático.
El fallo de la justicia india determinó que Novartis no tiene derecho
a pedir una patente exclusiva por el medicamento Glivec, un oncológico
usado para tratar la leucemia crónica. El mismo ratifica el fallo del
año pasado del Tribunal Superior indio, que le dio la razón al gobierno
ante la insistencia de la farmacéutica de limitar la producción genérica
del tratamiento, que de esta manera es más barato y puede abastecer a
miles de pacientes en situación vulnerable.
Según los argumentos, el fármaco Glivec “no califica para una
patente”, ya que “no cumplió con el análisis de innovación o inventiva
requerido”. La firma farmacéutica presentó un recurso en 2009 ante el
Tribunal Supremo contra una ley que prohíbe las patentes para nuevas
formas de medicamentos ya conocidos, pero no radicalmente diferentes.
Para la abogada Leena Menghaney, de la organización Médicos Sin
Fronteras (MSF), darle la razón a Novartis hubiera sentado “un
antecedente peligroso y puesto en grave peligro la legislación de India
contra el evergreening (volver perenne), como se conoce a la práctica de
buscar nuevas patentes para compuestos con pequeñas modificaciones de
otros ya existentes”. “Sería una situación nefasta para la población del
mundo en desarrollo que depende de fármacos genéricos fabricados en ese
país. Puede afectar seriamente el acceso a los medicamentos”, alertó.
Las compañías fabricantes de genéricos de India, conocida como la
“farmacia del mundo en desarrollo”, han sido las mayores proveedoras de
medicamentos para enfermedades como el cáncer, la tuberculosis y el VIH
(virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida, para quienes no
pueden pagar el compuesto sujeto a patente, más caro.
La diferencia de precio entre el fármaco genérico y el patentado es
fundamental para las personas más pobres en todo el mundo, según MSF. La
organización señaló que una terapia mensual con Glivec, conocido como
“santo remedio” por los resultados en el tratamiento de formas letales
de leucemia, cuesta 4.000 dólares, mientras que la versión genérica se
puede comprar en India por 73 dólares.
En tanto, la multinacional amenazó con sancionar al país luego del
fallo, que en rigor de verdad se firmó en junio, pero que recién se dio a
conocer en estos días. La compañía suiza amenazó con interrumpir el
suministro de nuevos medicamentos a India si el dictamen no le era
favorable, informó el domingo The Financial Times, de Londres. “Si la
situación se mantiene como hasta ahora, todas las mejoras de un
compuesto original no son pasibles de protección (legal) y esos fármacos
probablemente no lleguen a India”, dijo Paul Herrling, a cargo de la
dirección ejecutiva de este caso.
Para muchos especialistas, el caso de Glivec es paradigmático. Fèlix
Bosch, investigador de la Universidad Pompeu Fabra en España, plantea
una reflexión: la salud de la población debe preservarse en equilibrio
con la protección de la propiedad intelectual y la innovación. “Sin
duda, Glivec constituye un claro ejemplo de la importancia de la
investigación y de su aplicabilidad en la mejora de la salud de la
población. Por otro lado, a pesar de la reducción del precio de los
medicamentos en la forma de genéricos, ello tampoco asegura el libre
acceso a las poblaciones más necesitadas, dijo el investigador.
India prohibió en 1970 las patentes de medicamentos, lo cual impulsó
el crecimiento de la industria de fármacos genéricos locales. Pero un
acuerdo de la Organización Mundial del Comercio, implementado en 2005,
obligó a India a otorgar patentes de algunos fármacos. Aun así, ese país
sigue siendo uno de los mayores fabricantes de genéricos del orbe, al
suministrar alrededor de 20 por ciento del volumen utilizado.
La industria farmacéutica india, que creció a razón de entre 16 y 17
por ciento en los últimos años, es ya la tercera en volumen del mundo y
está valuada en unos 26.000 millones de dólares. Se estima que elabora
unos 60.000 medicamentos diferentes.