miércoles, 23 de marzo de 2016

Argentina: Buscan modificar la Ley de Genéricos para prohibir la inclusión de marcas comerciales en las recetas

 

  miradaprofesional.com.- La diputada Carolina Gaillard presentó una iniciativa para que se reformen dos artículos de la ley 25.649, y definitivamente no se pueda incluir marcas en las recetas que realicen los médicos. La idea es “eliminar el abuso de los laboratorios de la industria farmacéutica” y que los ciudadanos elijan “libremente” sus tratamientos.
Desde que se aprobó en 2002, en medio de la crisis sanitaria que azotaba al país, la Ley de Genéricos fue un instrumento para mejorar el acceso a los fármacos de los argentinos. Con varias reformas y algunas denuncias por falta de cumplimiento de los médicos, la norma sigue vigente, y se vuelve especialmente útil en momentos que se discute el valor de los medicamentos. En este contexto, una diputada nacional acaba de presentar un proyecto para que se modifique un artículo de la ley, y que directamente se prohíba la inclusión de marcas comerciales en las recetas. El objetivo es fomentar las versiones más baratas de los tratamientos.
La iniciativa de la diputada nacional Carolina Gaillard, del bloque del Frente para la Victoria, busca reformar la denominada Ley de Genéricos, mediante una reforma que ya había sido propuesta por su par Gloria Bidegain. El objetivo es lograr que sea obligatorio recetar sólo por el nombre genérico del medicamento, “suprimiendo definitivamente las marcas comerciales en las prescripciones médicas”.

Gaillard, integrante de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y autora de la ley que fomenta la producción pública de medicamentos, representó la propuesta que prevé “la prescripción médica por el nombre genérico de los medicamentos, sin la posibilidad de sugerir nombre comercial, proyecto que modifica la Ley de Prescripción de Medicamentos por su Nombre Genérico (Ley 25.649)”.
Según Gaillard, “este proyecto promueve eliminar el abuso de los laboratorios de la industria farmacéutica y dar un marco de contención a quienes día a día padecen aumentos arbitrarios de las marcas comerciales más conocidas del mercado”.
El proyecto propone la modificación de los artículos 2 y 3 de la Ley 25.649 que actualmente obliga a la prescripción por el genérico, pero deja abierta la puerta para que los médicos sugieran una marca o nombre de fantasía del medicamento. “Queremos que los ciudadanos elijan libremente qué marca comprar, y que esta no sea impuesta por el lobby publicitario de los los laboratorios más importantes, que instalan determinadas marcas que son luego sugeridas por los profesionales de la salud a través de las prescripciones médicas en desmedro de la capacidad adquisitiva de los pacientes”, enfatizó Gaillard.
“Con esta propuesta intentamos promover que la norma sea una herramienta eficaz para que los pacientes no sean víctimas de abusos comerciales y puedan elegir libremente los medicamentos consultando a su farmacéutico las distintas opciones por la droga prescripta por el médico, evitando que sea inducido a adquirir una en particular”, agregó la diputada nacional. “La receta que no cumpla con estos requisitos no podrá ser reconocida por el PAMI, Obras Sociales, Prepagas y otros Servicios de Seguridad Social”, finalizó Gaillard.
El proyecto fue acompañado por los diputados nacionales Juliana Di Tullio, Diana Conti, María Emilia Soria, Lucila De Ponti, Araceli Ferreyra, Lautaro Gervasoni, Jorge Barreto, Julio Solanas, Juan Manuel Huss, Eduardo Seminara y Juan Manuel Pedrini.
La ley de prescripción por nombre genérico fue aprobada en agosto de 2002, un proyecto que contó con un amplio respaldo del justicialismo, el ARI, el radicalismo, Polo Social, Frente para el Cambio, los partidos provinciales, y sólo anunciaron su voto negativo Marta Alarcia y se abstuvieron los legisladores de Autodeterminación y Libertad. Según cálculos extraoficiales del Ministerio de Salud en esos días, con la sanción de esta ley “se podría ahorrar un 60 por ciento los costos en medicamentos de la población, que representarían una cifra cercana a los 4.000 millones de pesos anuales”.
“Recetar por nombre genérico era sólo el comienzo de una política para regular el mercado de medicamentos. Además, había que fomentar un mercado de genéricos, que la Argentina aún no tiene, excepto para muy pocos productos, como los que se utilizan para tratar el VIH/sida”, sostiene Aldo Neri, ex ministro de Salud.
Carlos Vassallo, profesor de economía de la salud de la Universidad de San Andrés (Udesa), coincide. La ley de genéricos “fue una medida de corto plazo no pensada como una política estructural para cambiar un mercado de medicamentos muy concentrado. Después de la crisis de 2001, el principal aliado era la gente, que iba a la farmacia y tenía información suficiente para pedir el medicamento más barato. Esto evitó que los precios se dispararan. Pero cuando la población comenzó a recuperar su poder adquisitivo, volvió a la marca”.
El año pasado el gobierno intentó redoblar la apuesta para la aplicación total de la ley. A través de la jornada “Genéricos, salud para todos. El acceso al medicamento como bien social” dirigentes farmacéuticos, universitarios, legisladores y otros especialistas en la materia discutieron el cumplimiento de la ley 25.649, y su impacto en el mundo de los medicamentos. Junto a la diputada Gloria Bidegain estuvieron sus colegas Andrea García, Carolina Gaillard, Gastón Harispe (los tres del FPV) y Carlos Raimundi (Nuevo Encuentro), quienes apoyan la iniciativa de reformar la normativa.