sábado, 11 de junio de 2016

MSF insta a la India a que anteponga la salud a los beneficios de las farmacéuticas

 

.msf.es.- Mientras el primer ministro indio, Narendra Modi, se prepara para dirigirse al Congreso de Estados Unidos la semana que viene, Médicos Sin Fronteras insta a la India (país frecuentemente llamado “la farmacia del mundo en desarrollo”), a resistir la presión de los legisladores estadounidenses y de la industria farmacéutica, y proteger el acceso a medicamentos accesibles. 

Millones de personas de todo el mundo dependen de medicamentos genéricos indios de bajo coste, y corren riesgo de que su esperanza de vida se reduzca por  la presión de los grupos farmacéuticos y los legisladores estadounidenses que busca cambiar las políticas indias de protección de propiedad intelectual, para favorecer unos monopolios farmacéuticos ya excesivos.
A pesar de las diversas fallas del sistema de innovación basado en patentes, que llevaron a una crisis global de altos precios en los medicamentos y a que sólo un puñado de medicamentos sean desarrollados para atender enfermedades desatendidas, como la tuberculosis (que afecta enormemente a la India), Estados Unidos pretende ignorar estas fallas y, a su vez, demanda nuevas y dañinas políticas de protección de propiedad intelectual que empeorarán la situación. El elevado precio de los medicamentos en lugar de un financiamiento para la innovación, en realidad desvía los recursos gubernamentales lejos de la investigación y  el desarrollo que podrían cubrir las necesidades de salud pública.
“Es indignante que Estados Unidos esté intentando exportar a la India su deficiente sistema de propiedad intelectual, un sistema que ha provocado que los precios de los medicamentos se eleven excesivamente, dejando a los pacientes o bien con las manos vacías, o junto con otros compradores intentando lidiar con el elevado coste de los medicamentos patentados,” dice Leena Menghaney, directora de la Campaña de Acceso a Medicamentos de MSF en el sur de Asia. “Estas políticas, que ya no están funcionando para la población de Estados Unidos, no deberían ser impuestas a quienes viven en la India o en cualquier otro lugar del mundo.”
Las actuales leyes de propiedad intelectual en Estados Unidos permiten a las compañías farmacéuticas cobrar precios exorbitantes por medicamentos en ese país. Los nuevos medicamentos contra el cáncer cuestan alrededor de 100.000 dólares al año, y los nuevos tratamientos contra la hepatitis C cuestan hasta 1.000 por pastilla.
Actualmente, la India otorga patentes a productos farmacéuticos, pero establece un marco de referencia estricto sobre lo que merece o no una patente. Estas políticas fomentan el desarrollo de nuevos medicamentos por encima del “evergreening” (perennización de patentes), una práctica por la cual las farmacéuticas realizan modificaciones menores a medicamentos existentes para extender sus monopolios de patentes durante unos años más. Los estándares estrictos para las patentes son críticos para proteger los precios bajos que permite la competencia y para salvar millones de vidas en todo el mundo.
India producía medicamentos genéricos de manera libre desde antes de 2005, cuando por su afiliación en la Organización Mundial de Comercio se le exigió que comenzara a conceder patentes. En 2012, puesto que la gente era incapaz de costear un medicamento clave en la lucha contra el cáncer, India publicó su primera licencia obligatoria, una herramienta usada por los gobiernos para anular la patente de una compañía y permitir la competencia de genéricos. Esta licencia se emitió para bajar en un 97% el precio del sorafenib tosylate, un medicamento para combatir el cáncer de riñón y de hígado,  e incrementar el acceso de los pacientes a este tratamiento.
Desde entonces, el gobierno de Estados Unidos incrementó su presión a la India para que aumente la vigilancia en el cumplimiento de estas políticas de propiedad intelectual y suspenda las licencias moratorias para asegurar que las compañías farmacéuticas multinacionales disfruten de sus monopolios sin tener ningún control sobre sus abusos.
Este año, India volvió a ser parte del Informe Especial 301 de la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (US Trade Representative, USTR). La presión persiste a través de múltiples vías de compromiso bilateral sobre políticas de protección de propiedad intelectual, incluyendo el ya existente Foro de Política Comercial E.E.U.U.-India y la creación de un nuevo grupo de trabajo de alto nivel de protección de propiedad intelectual, que fue anunciado en conjunto por el presidente de Estados Unidos Barack Obama y el primer ministro de la India Narendra Modi, en septiembre de 2014.
“Al encontrar un equilibrio entre la producción industrial de medicamentos genéricos y el sistema de patentes, las políticas de India han salvado y mejorado la vida de millones de personas,” dijo Menghaney. “Los tratamientos que costaban 10.000 dólares anuales por paciente hace 15 años, ahora cuestan 100 dólares por persona: eso es una reducción de precio del 99% gracias a la competencia de genéricos en la India.”
MSF atiende a más de 200.000 personas con VIH alrededor del mundo, y el 96% de los medicamentos utilizados son genéricos de calidad fabricados en India. La organización también depende de medicamentos genéricos para tratar la tuberculosis, la malaria y otras enfermedades infecciosas.
Por desgracia, los intereses de las compañías farmacéuticas se están interponiendo en el camino de la atención médica. La visita del primer ministro Modi llega un mes después de que la Oficina de Patentes de la India concediera a la compañía farmacéutica estadounidense Gilead Sciences una patente por un medicamento contra la hepatitis C, el sofosbuvir. Este es un medicamento que, según estudios realizados, el costo de su producción  para un tratamiento de 12 semanas es de 100 dólares, pero es vendido a 1.000 dólares por pastilla en Estados Unidos. Esta decisión está dejando a muchas personas de los países de ingresos medios con alta carga sin opción de tratamiento para salvar sus vidas. Esta patente fue otorgada casi un año después de que India inicialmente la rechazara, lo que llevó a una mayor presión por parte de Estados Unidos para que se otorguen más patentes a las compañías farmacéuticas. MSF entregó una apelación en la Oficina de Patentes de Nueva Delhi.