viernes, 29 de julio de 2016

¡Ahora sí, se enloqueció la propiedad intelectual!

 Carolina Botero Cabrera
Por: Carolina Botero Cabrera
 El Comité Olímpico de EE.UU. envió una carta a los patrocinadores de atletas que no son patrocinadores de las olimpiadas, advirtiéndoles que no pueden postear sobre las competencias en sus cuentas corporativas.
Este Comité negocia con los patrocinadores de los deportistas el uso exclusivo de las marcas asociadas a los juegos. Esto supone restringir su uso dentro del marco de las normas de propiedad intelectual. Les propongo preguntarse ¿qué tan lejos pueden llegar en la era de Internet y, sobre todo, de Twitter?

Resulta que el Comité Olímpico de EE.UU. ha registrado como marcas en ese país expresiones como “Olimpic” (olímpico) o “Go for the Gold” (ve por el oro) y también etiquetas de twitter como #Rio2016 o #TeamUSA (#EquipoUSA). En la carta se les dice que por no ser patrocinadores de las olimpiadas no pueden usar esas “marcas”, es decir, no pueden usar expresiones comunes para referirse al hecho de actualidad pues estas expresiones, inexplicablemente, están registradas, aducen que hay una explotación comercial no permitida. 
En este panorama podemos imaginar la gimnasia que tienen que hacer la mayoría de las empresas de ese país, que no pagaron el costoso patrocinio, para unirse a una fiesta en la que se busca que todo un país se involucre. Pero el comité va más allá. La carta afirma que a menos de que sean medio de comunicación tampoco pueden mencionar resultados, ni repostear información de las cuentas oficiales o usar fotos tomadas durante las olimpiadas. Es decir, llegan incluso a afirmar que ¡existe propiedad intelectual sobre los hechos que se generan durante los juegos! Es posible que antes de las redes sociales esto no tuviere un impacto tan importante. Hoy es inaceptable pues es la prohibición para hablar.
En Colombia WinSports y RCN, que tienen derechos exclusivos para transmitir el campeonato local de fútbol, reclaman a las redes sociales por contenidos que los aficionados cuelgan en sus plataformas sobre esa competencia. En la misma línea en el Metropolitano han circulado comunicaciones pidiendo abstenerse de tomar imágenes de los partidos (excepto a periodistas registrados). Hay un patrón peligroso en el que la propiedad intelectual amenaza a la libertad de expresión.