El 'lobby' de las mayores compañías farmacéuticas del mundo, PhRMA,
va a cambiar las normas que regulan a su “selecto club” para hacerlo aún
más restringido y poderoso. Las compañías pequeñas que se adhirieron en
el pasado se van a quedar descolgadas del gigantesco grupo de
influencia. A partir de ahora solo podrán permanecer en él aquellos que hayan invertido 200 millones de dólares en investigación y desarrollo, según una información de la agencia Bloomberg.
También
tendrán que demostrar que han gastado al menos el 10% de sus ingresos
en esos conceptos. PhRMA cuenta entre sus miembros con compañías como
Lilly o Pfizer, verdaderos colosos del sector. Pero también con otras
empresas de menor tamaño y “pedigrí” que se van a descolgar al no poder asumir las nuevas condiciones. Unas normas que aún no se han hecho públicas.
Los
10 'lobbies' más influyentes de Estados Unidos, entre los que se
encuentra PhRMA, gastan más de 60 millones cada tres meses en presionar
El grupo de presión de las farmacéuticas
se creó en 1958 con tres objetivos confesos: “Tener un amplio acceso a
patentes de medicinas seguras y efectivas a través del libre mercado, sin control de precios;
crear fuertes incentivos a la propiedad intelectual; y regulación y
libre flujo de la información a los pacientes de forma transparente y
eficaz”.
Los 10 'lobbies' más influyentes de Estados Unidos, entre
los que se encuentra PhRMA, gastan más de 60 millones de dólares cada
tres meses en condicionar y presionar a favor de sus intereses en las
cámaras de representantes. Esta actividad está regulada de distintas
formas en el país norteamericano desde el siglo XIX y actualmente hay
registrados más de 12.000 grupos (aunque en los últimos
años disminuyeron significativamente, muy probablemente por la
ralentización económica y la decisión de decicar ese dinero a otros
asuntos).
España, sin regulación
España es de los pocos países en los que esta actividad no se ampara bajo una regulación específica,
aunque en su momento se creó una comisión de trabajo para crear un
reglamento. En la Unión Europea cada lobista está obligado a registrarse
y los eurodiputados deben informar de sus reuniones con ellos y de qué
asuntos tratan. En alguna ocasión, como el caso de un parlamentario rumano que cobraba 3.000 euros "por consulta", se detectaron casos de corrupción.
En
estados Unidos, desde 2007, las organizaciones dedicadas a esta
actividad deben publicar cada cuatro meses un resumen de sus
actividades, sus gastos y la lista de lobistas que tienen empleados. Esa
norma surgió tras un escándalo de corrupción y tráfico de influencias
que protagonizó Jack Abramoff. El lobista se apropió de decenas de
millones que le entregaron varias tribus de nativos americanos para que
presionara a favor de que les otorgaran nuevas licencias de casinos.
Estuvo tres años y medio en la cárcel y después comenzó una nueva vida
como trabajador de una pizzeria. Su caso causó un gran impacto y obligó a
la administración Bush a cambiar las leyes que afectan a los 'lobbies' americanos.
Miles de proposiciones de ley para controlar el precio de los medicamentos han acabado en la papelera en la última década
PhRMA se ha gastado más de 2.300 millones de dólares en la pasada década.
Pero parece que les ha merecido la pena. Durante esos años ha habido
muchas iniciativas parlamentarias en EEUU para moderar y controlar el
precio de los medicamentos. También para permitir a los ciudadanos de
ese país de importar los fármacos de Canadá, donde con frecuencia son
mucho más baratos. Todas esas proposiciones tuvieron un mismo destino:
la papelera.
La postura de PhRMA es la de subir los precios,
pero siempre que haya avances y desarrollo científico significativo.
Por ese motivo, algunas empresas, como Marathon, han abandonado
recientemente el grupo acusados de elevar los montantes de los fármacos rescatando viejos medicamentos sin aportar nuevas propiedades.
Subidas de precios
Un estudio de 2015 elaborado por la compañía DRX,
que se dedica a la comparativa de precios de medicamentos, reveló que
un porcentaje muy elevado de los fármacos duplica su precio o sube muy
significativamente en solo un año. En España los precios de los
medicamentos no son libres y las negociaciones entre la industria
farmacéutica y el Gobierno al respecto son muy complejos.
En 2015 la industria farmacéutica se gastó en sus labores de 'lobby' 240 millones de dólares,
lo que la convirtió en la que, de largo, más dinero invirtió en ese
concepto. La industria de los seguros fue la segunda con 157 millones
invertidos.