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Ciudad de México. Uno de los
principales puntos que el gobierno de México debe tratar de evitar en el
capítulo sobre propiedad intelectual que se renegocie en el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es que Estados Unidos
extienda el tiempo de vigencia de las patentes o le imponga “el
patentamiento de segundos usos”, éste último un recurso utilizado por
las grandes empresas farmacéuticas para prologar el uso exclusivo sobre
ciertos productos que ya patentaron y fabrican, al encontrarles una
nueva utilidad o variante a los ya existentes, advirtió en entrevista
Rafael Pérez Miranda, especialista en el tema e investigador de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Si México cede en ese tema, entonces medicinas que implican “una necesidad de salud para el país”, porque sirven para combatir importantes enfermedades, dejarán de ser accesibles para la población mexicana, de la cual un 50 por ciento se encuentra en situación de pobreza, destacó.
Las patentes dan derechos exclusivos para explotar una invención por 20 años, lapso en que los laboratorios o empresas autoras de la misma, no enfrentarán competencia. Terminado ese tiempo, otros laboratorios o empresas pueden fabricar medicamentos genéricos, “los cuales inciden en la esperanza de vida y el bienestar de la población, particularmente en la de más bajos ingresos”, de acuerdo con un estudio que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) dio a conocer el pasado 9 de agosto y en el que reveló que los laboratorios ya utilizan diversas estrategias para bloquear o retrasar la entrada de genéricos mediante litigios judiciales y obtienen varias patentes (una principal y varias secundarias) sobre una misma sustancia activa, como formulaciones distintas, métodos de producción o un segundo uso terapéutico.
El investigador de la UAM consideró que en la renegociación del TLCAN también debe cuidarse la extensión de la patente por demoras en la autorización para que el producto ya patentado se pueda comerciar, tal como México ya había accedido a hacerlo en el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), el cual no cobró vigencia porque el presidente Donald Trump sacó a Estados Unidos cuando asumió el poder a principios de este año.
Protección a derechos de grandes corporaciones y distribuidoras de películas y música, no a derechos de autor
Otra preocupación del gobierno estadunidenses es la piratería, pero no para proteger a los autores sino los llamados “derechos conexos”, es decir los de las grandes corporaciones y distribuidoras de películas y música. “Eso es lo que le preocupa. Entonces, uno de los puntos que se va insertar tanto en el TLCAN como en el acuerdo que México negocia actualmente con la Unión Europea (TLCUEM) es reiterar que los derechos conexos son equiparados a los derechos de autor. Eso ya es una cosa negativa”, dijo el académico.
También mencionó que se pretenderá incrementar la protección contra la piratería, mediante mecanismos que Estados Unidos trató de introducir en el TTP, como el que una empresa pueda exigir a autoridades administrativas y como “medida cautelar” que se deje de transmitir por internet un producto o material al que acusen de violar derechos de autor, pero sin que ello haya sido demostrado judicialmente. “Si después el autor demuestra judicialmente que cuenta con los derechos de autor y no cometió plagio, es tarde. Se viola el derecho de tener acceso a la justicia para protegerse”, indicó.
Cuestionado sobre qué tanto fuerza o convicción tiene el gobierno mexicano para oponerse a las intenciones estadunidenses, el investigador consideró que lo más probable es que termine cediendo en varios puntos porque así lo hizo cuando se negoció TPP, que en principio impulsó Estados Unidos con el gobierno de Barack Obama y al que se adhirieron 10 naciones más.
“Lo que va a hacer el gobierno de México es tratar de pichicatear o achicar las demandas de Estados Unidos. Si le piden 100, va a ofrecer 20 y va a terminar aceptando 80, porque la delegación mexicana va a asustada a la negociación y así es muy difícil negociar”, indicó.
Trump nunca mencionó el tema de propiedad intelectual
Pérez Miranda recordó que en ninguno de los señalamientos que Trump hizo contra el TLCAN, mencionó el tema de propiedad intelectual pues sólo se refería al intercambio comercial.
“¿Qué sucedió, entonces? Los lobbies o cabildeos de los grandes laboratorios químico – farmacéuticos de Estados Unidos alertan a los negociadores de ese país sobre la importancia del capítulo de propiedad intelectual porque les representa mucho dinero. Cuando Trump hablaba del TLCAN nunca se refirió a la propiedad intelectual ni al capítulo de inversión. Sin embargo, incluye el tema hasta que presenta la exposición de motivos de la renegociación ante el Senado de su país”, refirió.
Aún así, la mención que hace al respecto es “muy general” pues sólo menciona que se debe equipar, homologar o igualar la legislación mexicana y canadiense en propiedad intelectual a la estadunidense. El problema es que las leyes mexicanas al respecto llegan a ser contrarias a las estadunidenses porque aquí, por ejemplo, se permite el patentamiento de genes aislados, pero en Estados Unidos no y una resolución de la Suprema Corte estadunidense determinó que son elementos de la naturaleza que ya existen.
Si México cede en ese tema, entonces medicinas que implican “una necesidad de salud para el país”, porque sirven para combatir importantes enfermedades, dejarán de ser accesibles para la población mexicana, de la cual un 50 por ciento se encuentra en situación de pobreza, destacó.
Las patentes dan derechos exclusivos para explotar una invención por 20 años, lapso en que los laboratorios o empresas autoras de la misma, no enfrentarán competencia. Terminado ese tiempo, otros laboratorios o empresas pueden fabricar medicamentos genéricos, “los cuales inciden en la esperanza de vida y el bienestar de la población, particularmente en la de más bajos ingresos”, de acuerdo con un estudio que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) dio a conocer el pasado 9 de agosto y en el que reveló que los laboratorios ya utilizan diversas estrategias para bloquear o retrasar la entrada de genéricos mediante litigios judiciales y obtienen varias patentes (una principal y varias secundarias) sobre una misma sustancia activa, como formulaciones distintas, métodos de producción o un segundo uso terapéutico.
El investigador de la UAM consideró que en la renegociación del TLCAN también debe cuidarse la extensión de la patente por demoras en la autorización para que el producto ya patentado se pueda comerciar, tal como México ya había accedido a hacerlo en el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), el cual no cobró vigencia porque el presidente Donald Trump sacó a Estados Unidos cuando asumió el poder a principios de este año.
Protección a derechos de grandes corporaciones y distribuidoras de películas y música, no a derechos de autor
Otra preocupación del gobierno estadunidenses es la piratería, pero no para proteger a los autores sino los llamados “derechos conexos”, es decir los de las grandes corporaciones y distribuidoras de películas y música. “Eso es lo que le preocupa. Entonces, uno de los puntos que se va insertar tanto en el TLCAN como en el acuerdo que México negocia actualmente con la Unión Europea (TLCUEM) es reiterar que los derechos conexos son equiparados a los derechos de autor. Eso ya es una cosa negativa”, dijo el académico.
También mencionó que se pretenderá incrementar la protección contra la piratería, mediante mecanismos que Estados Unidos trató de introducir en el TTP, como el que una empresa pueda exigir a autoridades administrativas y como “medida cautelar” que se deje de transmitir por internet un producto o material al que acusen de violar derechos de autor, pero sin que ello haya sido demostrado judicialmente. “Si después el autor demuestra judicialmente que cuenta con los derechos de autor y no cometió plagio, es tarde. Se viola el derecho de tener acceso a la justicia para protegerse”, indicó.
Cuestionado sobre qué tanto fuerza o convicción tiene el gobierno mexicano para oponerse a las intenciones estadunidenses, el investigador consideró que lo más probable es que termine cediendo en varios puntos porque así lo hizo cuando se negoció TPP, que en principio impulsó Estados Unidos con el gobierno de Barack Obama y al que se adhirieron 10 naciones más.
“Lo que va a hacer el gobierno de México es tratar de pichicatear o achicar las demandas de Estados Unidos. Si le piden 100, va a ofrecer 20 y va a terminar aceptando 80, porque la delegación mexicana va a asustada a la negociación y así es muy difícil negociar”, indicó.
Trump nunca mencionó el tema de propiedad intelectual
Pérez Miranda recordó que en ninguno de los señalamientos que Trump hizo contra el TLCAN, mencionó el tema de propiedad intelectual pues sólo se refería al intercambio comercial.
“¿Qué sucedió, entonces? Los lobbies o cabildeos de los grandes laboratorios químico – farmacéuticos de Estados Unidos alertan a los negociadores de ese país sobre la importancia del capítulo de propiedad intelectual porque les representa mucho dinero. Cuando Trump hablaba del TLCAN nunca se refirió a la propiedad intelectual ni al capítulo de inversión. Sin embargo, incluye el tema hasta que presenta la exposición de motivos de la renegociación ante el Senado de su país”, refirió.
Aún así, la mención que hace al respecto es “muy general” pues sólo menciona que se debe equipar, homologar o igualar la legislación mexicana y canadiense en propiedad intelectual a la estadunidense. El problema es que las leyes mexicanas al respecto llegan a ser contrarias a las estadunidenses porque aquí, por ejemplo, se permite el patentamiento de genes aislados, pero en Estados Unidos no y una resolución de la Suprema Corte estadunidense determinó que son elementos de la naturaleza que ya existen.