(Xinhua) -- ¿Qué quiere la Administración Trump? ¿Equilibrar el déficit comercial o proteger la propiedad intelectual?
El presidente de EE.UU. ha mezclado dos problemas cuando firmó el
memorándum que podría imponer aranceles a las importaciones de más de
60.000 millones de dólares de China, una decisión adoptada en contra de
unas supuestas prácticas "injustas" de propiedad intelectual y
transferencia tecnológica.
Si el asunto orbita sobre el déficit comercial, golpear al comercio
de alta tecnología no ayudará a revertir la situación. El desequilibrio
comercial entre los dos países es estructural, con China exportando más
artículos a Estados Unidos mientras que importa más servicios.
Los bienes que han ayudado al superávit comercial de China son
principalmente electrodomésticos, teléfonos móviles, productos textiles,
ropa y juguetes, con ninguno de ellos conteniendo alta tecnología. Pero
estos productos reflejan una relación comercial entrelazada entre los
dos países con la globalización como escenario de fondo.
Por ejemplo, es común ver empresas estadounidenses, que buscan
menores costes, estableciendo en China plantas de ensamblaje, que
posteriormente compran partes y componentes de todo el mundo, incluyendo
de Estados Unidos. Por lo tanto, los expertos de ambos países sugieren
que lleva a equívoco rastrear el déficit comercial con los datos a
primera vista.
Para afrontar el desequilibrio, ambos países deberían llevar a cabo
reformas estructurales más que imponer aranceles que dañarán no solo a
los negocios estadounidenses, sino también a sus consumidores.
Si la cuestión es sobre la propiedad intelectual, ¿no sería más
eficiente hablar, dado que China ha redoblado las medidas para afrontar
este asunto y siempre está abierta al diálogo?
Muchos creen que la acusación relacionada con la propiedad intelectual es una excusa más que una preocupación verdadera.
China, la segunda mayor economía del mundo, ha estado luchando para
modernizar su estructura industrial mediante la adopción de una
estrategia de desarrollo guiada por la innovación.
Ha demostrado al mundo sus capacidades innovadoras con una serie de
tecnologías punteras. Ha lanzado su primera nave de carga espacial,
realizado una distribución de pares de fotones en una distancia récord,
mostrado su primer avión grande de pasajeros de fabricación nacional, el
C919.
"Las cuatro grandes invenciones de la China moderna": el tren de alta
velocidad, los pagos móviles, las bicicletas de uso compartido y las
compras en línea, han demostrado su vitalidad a la hora de aplicar las
nuevas tecnologías en la economía.
La Administración Trump, preocupada por la reducción de la diferencia
entre los dos países, está preocupada por la innovación china, un motor
clave del desarrollo futuro. Las investigaciones y los aranceles son
entonces empleados como herramientas para retener las ventajas de las
industrias de alta tecnología de EE.UU.
Pero el gobierno de EE.UU. ha pasado por alto los esfuerzos sin
precedentes de China para proteger los derechos de propiedad
intelectual, un requisito necesario para la innovación sostenible.
China ha sido el líder mundial en solicitudes para las patentes de
inventos por séptimo año consecutivo. La parte continental de China
poseía alrededor de 1,36 millones de patentes a finales de 2017, de
acuerdo con la Oficina Estatal de Propiedad Intelectual.
El gobierno chino desveló en febrero las directrices para mejorar los
procedimientos judiciales de derechos de propiedad intelectual, con el
objetivo de una mayor eficiencia, una mejor protección de estos derechos
y una mayor credibilidad de los juicios.
En 2016, los tribunales chinos gestionaron 152.072 casos vinculados
con derechos de propiedad intelectual, un 16,8 por ciento más
interanual. Más de 3.700 personas fueron arrestadas y 7.000 procesadas,
según el libro blanco de derechos de propiedad intelectual.
Las medidas unilaterales de Estados Unidos solo generarán represalias y harán que China fortalezca su capacidad innovadora.