sputniknews.- En una entrevista en exclusiva para Sputnik, un experto chino explicó la raíz del conflicto económico entre China y EEUU que no parece solucionarse. De hecho, recientemente una delegación de EEUU, encabezada por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, visitó a sus colegas en China para intentar solucionar el conflicto comercial.
Sin
embargo, las negociaciones no tuvieron éxito, y todos están a la espera
de la visita de los delegados chinos a EEUU bajo el liderazgo del vice
primer ministro chino, Liu He.
Los
expertos destacan que la principal razón del fracaso de las
negociaciones son unas exigencias excesivas por parte de EEUU, e incluso
algunos medios estadounidenses comparten esta opinión. Entre otras
cosas, EEUU quiere ver una disminución del superávit comercial chino por
200.000 millones de dólares y que se cancelen los aranceles que fueron
adoptados en relación a las mercancías estadounidenses. Cabe destacar,
que estos fueron una respuesta a la decisión de EEUU de gravar con aranceles las importaciones desde China.
Pero el mayor escollo tiene que ver con la exigencia de EEUU de que el Gobierno chino deje de subsidiar a las industrias del programa 'Hecho en China 2025'. EEUU está preocupado por el programa que fue iniciado en 2015, y que consiste en el desarrollo de China en el ámbito de las altas tecnologías.
En
particular, el programa se enfoca en el desarrollo de la robótica,
producción de semiconductores, autos autonómicos, ciudades inteligentes,
nuevos materiales e inteligencia artificial. Siendo líder mundial en
éstas industrias, EEUU se siente amenazado por la determinación china
para desarrollarse en estos campos.
No obstante, los oficiales chinos lo dejaron claro: se pueden discutir cuestiones del desbalance comercial entre los dos países, pero no se puede dictar la política industrial de otro país. Menos aún, estando el Gobierno chino seguro de que los logros del país en estos ámbitos determinarán la futura competitividad de China a nivel mundial.
"Ahora
EEUU siente que su liderazgo mundial está amenazado por China.
Obviamente China no persigue el objetivo de retar a EEUU. Tan solo
estamos desarrollándonos y reforzándonos. Pero aquí funciona el
principio de la trampa de Tucídides —si algún nuevo país crece
rápidamente, en todo caso el 'hermano mayor' se sentirá amenazado, sin
importar los planes y ambiciones geopolíticas del país emergente—. Por
ello, el surgimiento de China y el aumento de su influencia mundial es
tan dolorosa para EEUU", explicó a Sputnik el experto del Instituto de
Investigación Estratégica financiera de la Academia de Ciencias Sociales
de China, Zhang Ning.
Mientras tanto, Estados Unidos acusa a China de estar desarrollando
sus altas tecnologías en el marco del programa 'Hecho en China 2025' por
cuenta del país estadounidense. Así, EEUU considera que la base del
desarrollo chino está constituida por la transferencia de tecnologías
estadounidenses y atracción de especialistas extranjeros que son
posibles gracias a los subsidios del Gobierno chino.
Sin embargo, estas acusaciones no tienen fundamento. Aquí no está teniendo lugar ningún espionaje industrial ni robo de propiedad intelectual. Las empresas estadounidenses se fusionan con las chinas voluntariamente por motivos económicos.
Probablemente EEUU se sienta amenazado por la velocidad del desarrollo chino en el ámbito de las altas tecnologías, y teman que pronto China se convierta en el nuevo líder mundial en este aspecto.
De hecho, el medio The Economist destaca que el desarrollo tecnológico de China está beneficiando no solo a EEUU, sino también a las compañías europeas. Las últimas empezaron a mejorar sus propias tecnologías para poder competir con las importaciones de China.
"En términos generales, China solo está alcanzando a EEUU en su
desarrollo. Desde un punto de vista global los dos países se
complementan en su desarrollo", contó el experto al destacar la
necesidad de cooperar en el ámbito tecnológico en lugar de construir
obstáculos. Zhang Ning también añadió que es necesario cooperar,
intercambiar conocimientos y experiencia, puesto que en el mundo de la
globalización actual no hay países que se desarrollen exclusivamente por
sus propias fuerzas, incluido EEUU.
Pero el mayor escollo tiene que ver con la exigencia de EEUU de que el Gobierno chino deje de subsidiar a las industrias del programa 'Hecho en China 2025'. EEUU está preocupado por el programa que fue iniciado en 2015, y que consiste en el desarrollo de China en el ámbito de las altas tecnologías.
No obstante, los oficiales chinos lo dejaron claro: se pueden discutir cuestiones del desbalance comercial entre los dos países, pero no se puede dictar la política industrial de otro país. Menos aún, estando el Gobierno chino seguro de que los logros del país en estos ámbitos determinarán la futura competitividad de China a nivel mundial.
Sin embargo, estas acusaciones no tienen fundamento. Aquí no está teniendo lugar ningún espionaje industrial ni robo de propiedad intelectual. Las empresas estadounidenses se fusionan con las chinas voluntariamente por motivos económicos.
Probablemente EEUU se sienta amenazado por la velocidad del desarrollo chino en el ámbito de las altas tecnologías, y teman que pronto China se convierta en el nuevo líder mundial en este aspecto.
"EEUU no esperaba que la influencia china en la
arena internacional, económica y tecnológica creciera a un ritmo tan
rápido en los últimos 5-10 años. (…) Es como en las carreras: si antes,
por ejemplo, China estaba a 100 metros por detrás de EEUU, ahora está a
tan solo 50 metros. Y esta distancia seguirá disminuyendo", comentó el
experto, Zhang Ning.
Con ello, la rivalidad tecnológica con China en realidad está
beneficiando a EEUU. Según los datos del Fondo Monetario Internacional,
entre los años 1999 y 2007 el número de patentes registradas en EEUU
disminuyó, pero entre el 2010 y el 2014 creció casi un tercio cuando
comenzó la rivalidad tecnológica con China.De hecho, el medio The Economist destaca que el desarrollo tecnológico de China está beneficiando no solo a EEUU, sino también a las compañías europeas. Las últimas empezaron a mejorar sus propias tecnologías para poder competir con las importaciones de China.