.sputniknews.- Para el
economista Gustavo Girado, el verdadero origen del enfrentamiento
comercial iniciado por Estados Unidos contra China no tiene que ver con
el etanol, los metales u otros productos que agrandan el déficit
comercial del país norteamericano. A su criterio, el fondo de la
cuestión recae en la carrera por la creación de nuevas tecnologías.
Nuevos
aranceles y gravámenes a los productos extranjeros. Esta ha sido la
idea más repetida por el presidente estadounidense Donald Trump para
enfrentar el profundo déficit comercial y la importante pérdida de peso
relativo en términos de aporte estadounidense a la economía mundial
(aporte al PIB Mundial). En resumidas cuentas: una política de fuerte
proteccionismo económico que ha impuesto a China, y más recientemente a
la Unión Europea y sus socios norteamericanos Canadá y México.
A pesar de la severidad de sus acciones, los resultados no solo no
llegan sino que China es una potencia cada vez más fuerte y el déficit
comercial estadounidense es cada vez más grande.
De acuerdo con datos revelados este miércoles 6 de junio por el Departamento de Comercio, el déficit descendió en abril por segundo mes consecutivo y quedó en 46.200 millones de dólares. La cifra es la más baja en siete meses, pero si se considera junto a los tres meses precedentes, el primer cuatrimestre de 2018, el déficit creció 11,5% respecto al mismo período de 2018.
De acuerdo con datos revelados este miércoles 6 de junio por el Departamento de Comercio, el déficit descendió en abril por segundo mes consecutivo y quedó en 46.200 millones de dólares. La cifra es la más baja en siete meses, pero si se considera junto a los tres meses precedentes, el primer cuatrimestre de 2018, el déficit creció 11,5% respecto al mismo período de 2018.
Entonces, ¿por qué Estados Unidos mantiene la misma receta y por qué
China no abandona las negociaciones? Para el economista argentino
Gustavo Girado, los intereses de ambos están en juego.
"El mundo es mucho más interdependiente que antes. Los intereses de
las transnacionales estadounidenses son muy grandes en el territorio de
la República Popular China. (…) Son una enorme cantidad de empresas
norteamericanas que están radicadas en territorio chino y esas filiales
obtienen muchas ganancias de sus operaciones allí", donde gran parte de
ellas desarrollan su tareas de investigación alrededor de las
universidades chinas, explicó en diálogo con Sputnik el director de la
carrera de posgrado de Especialización en Estudios en China
Contemporánea de la Universidad Nacional de Lanús.
Por el otro lado, China viene desarrollando hace cerca de 15 años una
política de innovación para independizarse de los poderes occidentales,
desarrollar su propia tecnología y tener sus propias empresas
transnacionales. Compañías, que como las estadounidenses, están insertas
en cadenas globales de valor y producen en diferentes lugares del mundo
y especialmente en Asia.
"China tiene mucho por jugar en ese territorio y
en apariencia son esos los verdaderos problemas que hay entre China y
Estados Unidos, no toda esta gran retórica en la que metemos el etanol,
los productos de las ‘guerras de pollo', el sorgo, el maíz", que
implican 50.000 a 100.000 millones en términos de gravámenes, explicó.
"El trasfondo tiene que ver con propiedad intelectual y negocios que superan el billón de dólares", analizó.