actasanitaria.-Seis organizaciones de la sociedad civil han presentado un recurso
contra la decisión que tomó en septiembre la Oficina Europea de Patentes
(EPO) de mantener la patente de la compañía farmacéutica Gilead Science
sobre el sofosbuvir, un medicamento clave para el tratamiento de la
hepatitis C.
El recurso, presentado por Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras,
Salud por Derecho y otras tres organizaciones europeas -AIDES (Francia),
Access to Medicines Ireland y Praksis (Grecia)-, afirma que la EPO debe
revocar la patente de este laboratorio porque no cumple con los
requisitos para ser una invención patentable desde una perspectiva legal
y científica.
“Esta apelación se produce exactamente cinco años después de que se
aprobara el uso del sofosbuvir por primera vez en Estados Unidos, donde
Gilead lanzó el medicamento a 1.000 dólares la pastilla y 84.000 dólares
el tratamiento de 12 semanas”, afirman estas organizaciones, que
aseguran también que “la compañía ha ganado más de 51.000 millones de
euros por la venta de este medicamento en los últimos cinco años”.
“En Europa, el monopolio de Gilead sobre el sofosbuvir le ha
permitido establecer precios excesivos a este medicamento”, prosiguen
las recurrentes, a lo que añaden que “en algunos países, Gilead cobra
hasta 43.000 euros por un tratamiento de 12 semanas, cuando las
versiones genéricas de este mismo fármaco se pueden comprar fuera de
Europa por menos de 75 euros”.
Sin embargo, a pesar de los argumentos presentados por las
organizaciones que se oponen a la patente, el 14 de septiembre, la EPO
decidió mantener la patente de la citada compañía, “lo que hace
imposible producir o vender versiones genéricas asequibles del
medicamento en Europa”, según critican.
Patentes injustificadas
“La EPO está siendo demasiado indulgente con las compañías
farmacéuticas, dándoles barra libre”, asegura Olivier Maguet, quien es
miembro de la Campaña sobre el precio de medicamentos de Médicos del Mundo.
“Es necesario que haya un escrutinio mucho mayor en Europa cuando se
trata de determinar si las empresas farmacéuticas merecen patentes o no;
de lo contrario, los monopolios injustificados seguirán dando lugar a
precios de medicamentos fuera de control “, añade.
“En Europa, las patentes injustificadas le están dando a las
compañías farmacéuticas el poder de un monopolio que les permite cobrar
precios desorbitados por muchos fármacos que salvan vidas”, afirma el
responsable de Políticas de la Campaña de Acceso a medicamentos de
Médicos Sin Fronteras, Gaëlle Krikorian. “La EPO debería revocar esta
patente y evitar monopolios en los medicamentos que, además, se han
desarrollado con una parte importante de dinero público, como venimos
denunciando desde hace tiempo”, incide la directora de Salud por
Derecho, Vanessa López.