diariodecuba.- Los senadores cubanoamericanos Bob Menéndez (demócrata) y Marco Rubio (republicano)
han presentado este martes ante el Congreso un proyecto de ley que
busca prohibir en EEUU el reconocimiento de marcas comerciales
vinculadas con propiedades confiscadas por el régimen cubano después de
enero de 1959.
Con el título "Ninguna marca robada reconocida en EEUU", la
iniciativa bipartidista y bicameral "prohíbe a los tribunales de los
EEUU reconocer, hacer cumplir o validar de cualquier manera" los
derechos por parte de un individuo sobre una marca registrada que se
utilizó en relación con una empresa o activos que fueron confiscados por
el régimen cubano, a menos que "el propietario original de la marca lo
haya consentido expresamente".
Según dio a conocer Rubio en un comunicado de su oficina de prensa,
un proyecto de ley complementario fue presentado en la Cámara de
Representantes por los representantes Debbie Wasserman-Schultz
(Demócrata por la Florida) y John Rutherford (Republicano por la
Florida).
El texto mencionó al caso de la empresa Bacardí, que mantiene una
batalla legal contra La Habana por los derechos de la marca Havana Club.
El proyecto de ley presentado por Menéndez y Rubio "prohibiría a la
asociación Cuba Ron-Pernod Ricard utilizar los derechos relacionados
con Havana Club debido a la confiscación de la compañía original por parte del régimen cubano en 1959", ejemplificó el comunicado.
"Durante 60 años, el régimen comunista cubano a través de compañías
controladas por el Gobierno se ha beneficiado de las propiedades robadas
que legítimamente pertenecen a los estadounidenses", declaró Rubio.
"Desde hace mucho tiempo, la política de los EEUU es apoyar a los
legítimos propietarios de bienes robados, y este proyecto de ley
bipartidista garantiza que los tribunales de los EEUU no reconocerán,
impondrán, ni validarán de ningún otro modo los derechos de marcas
comerciales de empresas o activos robados por el régimen cubano",
añadió.
Para Menéndez, "la confiscación de activos por parte del Gobierno
cubano es y siempre será un delito" y ratificó "la política de EEUU de
apoyar a los legítimos dueños de propiedades robadas".
"Me he comprometido firmemente a salvaguardar los derechos de
propiedad intelectual de las compañías estadounidenses para garantizar
que las marcas registradas estén protegidas contra la confiscación por
parte de cualquier gobierno extranjero", dijo por su parte el
representante Wasserman Schultz .
"Este proyecto de ley hace eso, al prohibir a los tribunales validar
una afirmación de los derechos de marca registrada en relación con una
empresa o activos confiscados por el Gobierno cubano, y al apoyar a los
verdaderos y justos propietarios de propiedad robada, una política
estadounidense de larga data que debe ser continuada", agregó.
Por su parte, Rutheford criticó que "al Gobierno cubano se le ha
permitido robar la propiedad intelectual estadounidense durante
demasiado tiempo".
"Al mantener fuertes protecciones de derechos de autor en nuestros
tribunales, los regímenes extranjeros ya no podrán beneficiarse del
ingenio estadounidense", consideró.