esperanzadiaxdia.- El Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) convalidó dos
desarrollos tecnológicos novedosos, fruto del trabajo llevado adelante
por sendos equipos de investigación pertenecientes de la Universidad
Nacional del Litoral (UNL) y el Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (Conicet).
Uno de ellos corresponde a “Una composición protectora que controla
el desarrollo de la microflora de superficies de quesos de mediana y
baja humedad”, cuyos inventores son Jorge Reinheimer, Carlos Meinardi,
Viviana Suarez, Gustavo Tremmel, Oscar Dorbessan y Mauricio Rivera,
docentes-investigadores de la FIQ e integrantes del Instituto de
Lactología Industrial (INLAIN). Esta patente es de cotitularidad entre
la UNL, el Conicet y la empresa Sudamfos S.A. La patente se concedió
bajo el Nº AR084987B1.
La segunda patente se trata de “un proceso para la producción de
biodiesel con alcohol en condiciones supercríticas”, a partir de
materias primas de baja calidad, como aceites y grasas de descartes.
Este desarrollo ha estado a cargo de Juan Carlos Yori, Débora Manuale,
Carlos Román Vera, Gerardo Carlos Torre, docentes de la Facultad de
Ingeniería Química e integrantes del Grupo de Valorización de Descartes
Agroindustriales (GVDA) del Instituto de Investigaciones en Catálisis y
Petroquímica (INCAPE) dependiente de UNL y Conicet. La patente se
concedió bajo el Nº AR086782B1.
Utilización de polifosfatos para controlar el desarrollo de mohos en quesos
Uno de los procesos patentados consiste en la utilización de una
solución de polifosfatos para controlar la microflora que desarrolla en
la superficie de quesos de mediana y larga maduración, la cual está
compuesta casi exclusivamente por mohos. Jorge Reinheimer, uno de los
responsables de la invención, investigador superior del Conicet y
docente de FIQ-UNL, destacó que “este procedimiento es muy sencillo,
eficiente y además, sumamente económico, mucho más que el que se usa
tradicionalmente en la industria quesera. Otra de las ventajas es que se
comprobó que las características sensoriales de los quesos se mantienen
inalteradas”.
Sudamfos S.A., empresa internacional con casa matriz en Holanda y
productora de fosfatos de uso alimentario, se acercó al INLAIN con la
intención de realizar un estudio relacionado con la actividad
antimicrobiana de los fosfatos que ellos producían y comercializaban,
con el propósito de agregar valor a sus productos. Con ese objetivo en
mente, el grupo de Microbiología del Instituto diagramó experiencias
orientadas a determinar la potencialidad de los distintos tipos de
fosfatos sobre una serie de grupos microbianos de interés en alimentos,
principalmente por ser alterantes de los mismos.
Los resultados obtenidos de estos estudios in vitro fueron la base
para la propuesta que derivó en la presentación de esta patente. Viviana
Suárez, otra de las responsables del proyecto, comentó que “luego de
estudiar cómo cierto tipo de fosfatos inhibían mohos, comenzamos a
diagramar de qué manera utilizarlos en los quesos. Lo novedoso, por un
lado, fue la solución antimicrobiana, pero también la metodología de
aplicación”.
Uno de los puntos del proceso que más destacan los investigadores fue
la conexión fluida y constante con la industria. En ese sentido,
Reinheimer expresó: “Este es un ejemplo importante de cómo estudios
básicos permiten después pasar a la aplicación. Porque si nosotros no
hubiésemos hecho estos estudios en el laboratorio de microbiología, no
hubiésemos podido generar esta aplicación concreta en la industria de
alimentos”.
Carlos Meinardi, otro de los miembros del equipo, también aportó en
esa misma línea: “Cuando uno está trabajando en investigación se
encuentran resultados, se piensa en una publicación y podría pensarse
que hasta ahí se llega como investigador. Lo interesante es que, como
tenemos conexión con la industria, hubo gente que nos desafió a llegar
más allá de las publicaciones”.
Biodiesel a partir de un proceso novedoso
El proceso de obtención de biodiesel desarrollado por el Grupo de
Valorización de Descartes Agroindustriales (FIQ-UNL –Conicet) comporta
un alto valor de originalidad, que reside en “la utilización de materias
primas de baja calidad, como grasas y aceites, cuyas características
las convierten en descartes y de menor precio, ya que presentan elevada
acidez y un contenido importante de agua”, destacó Yori.
“Estas materias primas, que pueden provenir de la industria
frigorífica (grasas de descarte de la industrialización de carnes
vacunas, porcinas y aviares) o de algunos cultivos particulares como el
algodón, etc. constituyen una variedad de aceites que requerirían un
elevado grado de refino para ser aplicados en procedimientos
tradicionales, utilizados en las formulaciones de combustible diésel que
se utilizan en nuestro país”, agregó.
Asimismo, cabe destacar que, a diferencia de los métodos de obtención
de biodiesel actuales, éste procedimiento no genera subproductos (como
la glicerina), que demanden al productor un tratamiento particular de
efluentes, ocasionando con ello costos derivados. Por el contrario, al
procesar materias de baja calidad no se obtienen residuos, como tampoco
requieren del uso de catalizador, lo cual es una ventaja comparativa
desde el punto de vista de los costos de producción.
El valor de patentar en el ámbito público
Lograr la validación de una invención o desarrollo y obtener una
nueva patente es siempre motivo de orgullo, y su valor es aún
mayor cuando se enmarca en el ámbito de las instituciones públicas, como
lo son la UNL y el Conicet, ya que conlleva el valor de transferir
procesos científico-tecnológicos para dar respuestas a demandas del
sistema socio-productivo, en muchos casos, relativos a problemáticas
prioritarias para la región.
En ese sentido, Yori destacó la importancia de haber logrado un
procedimiento de “un alto grado de originalidad y aplicabilidad”, que
ofrece alternativas al problema de la producción de biocombustibles, muy
demandado por la sociedad. Por su parte, “se trata de la culminación de
mi trabajo de Tesis de Doctorado”, acotó Débora Manuale.
Cabe destacar que las patentes son el producto de años de inversión
en investigación y desarrollo e implica la protección de los derechos de
propiedad intelectual que surgen de creaciones de los grupos de
docentes-investigadores de la UNL y el Conicet, que contribuyen con el
conocimiento al medio.
La UNL, a través del Cetri- Litoral de la Secretaría de Vinculación y
Transferencia Tecnológica, junto a la Secretaría de Relaciones con el
Medio de la Facultad, brinda a sus investigadores y docentes apoyo
durante todas las etapas del trámite para la protección de los
resultados de sus investigaciones. Se inicia con un análisis de la
patentabilidad y posterior redacción de la patente en conjunto con los
investigadores. Luego se gestiona íntegramente la presentación del
trámite y su seguimiento ante el Instituto Nacional de la Propiedad
Industrial (INPI). Una vez concedida la patente, el Área de Propiedad
Intelectual también se encarga del mantenimiento de estos derechos
durante el tiempo que están vigentes.