swissinfo.ch.- Este lunes se ha inaugurado la 72ª Asamblea Mundial de la Salud.
Un proyecto de resolución presentado por Italia para abolir el
secretismo que existe en la fijación de los precios de los medicamentos
incomoda a más de un gobierno y empresa farmacéutica. ¿Qué propone
Italia?
La resolución italiana, que la Asamblea discutirá este miércoles en sesión plenaria,
insta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a los gobiernos a
aumentar la transparencia en cuatro áreas: precios de los medicamentos,
costes de investigación y desarrollo, datos sobre los ensayos clínicos, e
información sobre patentes.
La propuesta ha generado diferencias
entre los gobiernos, pero ha ganado adeptos entre las oenegés y ha
tocado los nervios más sensibles de algunos actores de la industria
farmacéutica.
El hecho de que documentos de sesiones a puerta cerrada
se hayan presentado públicamente a código-abierto ha acaparado la
atención de los medios de comunicación sobre este debate. Pero la
resolución también levanta ampollas porque revela parte de los secretos
mejor guardados del sector, por ejemplo, la forma en la que se fijan los
precios de los medicamentos. Con ello, surgen preguntas incómodas sobre
la manera en la que se benefician los gobiernos de algunos acuerdos
especiales y cómo se aprovechan las farmacéuticas de los elevados
precios que cobran por los medicamentos.
Suiza tiene un gran
interés en este debate por una doble razón: es miembro de la OMS y ,
además, sede de algunas de las principales farmacéuticas globales, como
Roche y Novartis.
¿Por qué ahora?
El
acceso a los medicamentos se considera un problema para los países en
desarrollo desde hace mucho tiempo, sobre todo en lo relacionado con las
vacunas y los medicamentos básicos. Pero el aumento de enfermedades
crónicas y el coste de los tratamientos que permiten salvar vidas
también ha llevado el debate sobre el acceso a los medicamentos a los
países ricos, inquietos por la carga que suponen los tratamientos
médicos para los presupuestos de salud públicos. Una sensación de
urgencia que crece en la medida en la que los pacientes se enfrentan a tratamientos contra el cáncer de 475 000 dólares o tratamientos para la atrofia muscular espinal de 4 millones de dólares.
Los partidarios de la resolución italiana argumentan que la transparencia es esencial para fijar precios justos para los medicamentos
y hacerlos asequibles a más gente. Un informe reciente de la OCDE sobre
la industria de los fármacos afirma que "los costes de investigación y
desarrollo (I+D) y las estructuras de precios son opacos, lo que
despierta cuestionamientos legítimos sobre el valor que ofrecen algunos
nuevos tratamientos cada vez más costosos”.
¿Cómo define la OMS un precio justo?
Un precio ‘justo’ es aquel que es asequible para el sistema de salud y para los pacientes pero que, simultáneamente, provee un incentivo de mercado suficiente a la industria farmacéutica para invertir en innovación y producción de medicinas.
Fin del recuadro
Un precio ‘justo’ es aquel que es asequible para el sistema de salud y para los pacientes pero que, simultáneamente, provee un incentivo de mercado suficiente a la industria farmacéutica para invertir en innovación y producción de medicinas.
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Si
bien la transparencia de los precios ha sido tema de debate en los
círculos de salud mundial desde hace años, la embajadora Nora Kronig, de
la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP), expresó a swissinfo.ch que,
hoy "lo novedoso es concebir la transparencia como una forma para
mejorar el acceso a los medicamentos. Esto se ha vuelto más importante
para los Estados miembros, ya que enfrentan el enorme desafío de las
enfermedades raras y de lo caros que son los tratamientos para males
como el cáncer".
En Suiza, el gasto en medicamentos por persona
aumentó un 13% en solo tres años, para alcanzar los 814 francos suizos
en 2017. Esto se debe preponderantemente al coste de los tratamientos
oncológicos y de las terapias combinadas, según confirmó la OFSP en una
reciente conferencia de prensa. La OFSP estima que casi la mitad de las
aproximadamente 90 solicitudes de aprobación que recibió el año pasado
fueron para tratamientos con costes superiores a los 100 000 francos (99
097 dólares) por persona al año.
En 2018, el gobierno propuso un programa de contención de costes reconociendo con ello la gravedad de la situación que se vive en los precios de los medicamentos.
Y
este debate no solo tiene lugar en Suiza. En febrero, siete ejecutivos
de las principales farmacéuticas fueron interrogados durante una audiencia
de más de tres horas en el Congreso de los Estados Unidos sobre el
creciente precio de los medicamentos. La necesidad de reducirlos es uno
de los pocos problemas en los que el gobierno estadounidense logra
consenso, a pesar de que existen profundas divisiones en muchos otros
asuntos.
Incluso los inversores encienden una señal de alarma. En la asamblea anual
de Novartis, celebrada unos días después de la audiencia en el Senado
estadounidense, el grupo suizo de accionistas Actares dijo que los
sistemas de seguros han sido "tomados como rehenes" de los altos precios
de aquellos medicamentos destinados a salvar vidas.
Temas que provocan fricción
Kronig apoya firmemente una mayor transparencia en la fijación de precios a nivel internacional.
Suiza establece sus precios
comparándolos con los que existen en otros nueve países y a partir de
las negociaciones directas que realiza con los productores de
medicamentos. Sin embargo, es bien sabido que muchos países reciben descuentos
especiales de las compañías para ciertos fármacos. Kronig afirma que
“esto implica que la cesta de precios usada por Suiza para comparar está
equivocada. Estamos perdiendo porque somos los únicos que somos
transparentes".
La industria farmacéutica lo rechaza y afirma que
la transparencia podría traer, en realidad, consecuencias inesperadas.
Tanto Roche como Novartis declinaron responder de forma directa.
Remitieron a swissinfo.ch a la Federación Internacional de Productores y
Asociaciones Farmacéuticas (IPFMA) para tener la opinión de la
industria sobre este tema.
El director general de IFPMA, Thomas
Cueni, dice que "exigir la divulgación de descuentos confidenciales y
otros acuerdos de precios comerciales no beneficiaría a los pacientes;
más bien impondría nuevas cargas a las empresas, socavaría los precios
diferenciales que benefician a los países más pobres, y dañaría la
competencia en el mercado".
Algunas investigaciones recientes
muestran la inquietud global que existe con respecto a la transparencia
de precios, especialmente en el caso de los medicamentos, ya que esta
opacidad puede demorar su distribución en los países más pobres.
¿Cuán transparente es Suiza?
Según la Ley de la Libertad de Información en vigor desde 2006, todo ciudadano suizo puede solicitar documentos de carácter público. Las únicas excepciones son papeles relacionados con negociaciones diplomáticas y temas de seguridad nacional, o que vulneran la privacidad personal.
En materia de medicamentos, Kronig explica que “somos uno de los pocos países totalmente transparente en materia de precios. No hay acuerdos secretos”. Recientemente, la Oficina Federal de Salud Pública negoció la introducción de descuentos en unos 20 medicamentos.
Esto implica que hay dos precios distintos para algunos medicamentos. Una doble lista de precios que reveló hace algunos meses el programa RundschauEnlace externo de la televisión pública suiza SRF, situación que algunas oenegés criticanEnlace externo porque lo consideran una falta de transparencia. Aunque la información sobre los descuentos en los preciosEnlace externo está disponible para todo el público, las oenegés aseguran que es difícil de encontrar y calcular.
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Según la Ley de la Libertad de Información en vigor desde 2006, todo ciudadano suizo puede solicitar documentos de carácter público. Las únicas excepciones son papeles relacionados con negociaciones diplomáticas y temas de seguridad nacional, o que vulneran la privacidad personal.
En materia de medicamentos, Kronig explica que “somos uno de los pocos países totalmente transparente en materia de precios. No hay acuerdos secretos”. Recientemente, la Oficina Federal de Salud Pública negoció la introducción de descuentos en unos 20 medicamentos.
Esto implica que hay dos precios distintos para algunos medicamentos. Una doble lista de precios que reveló hace algunos meses el programa RundschauEnlace externo de la televisión pública suiza SRF, situación que algunas oenegés criticanEnlace externo porque lo consideran una falta de transparencia. Aunque la información sobre los descuentos en los preciosEnlace externo está disponible para todo el público, las oenegés aseguran que es difícil de encontrar y calcular.
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Pero
hay un debate aún mayor sobre otros aspectos de la resolución. Kronig
explica que “la transparencia es una parte importante de la creación de
confianza, pero hay algunos casos en los que puede resultar
contraproducente. ¿Tenemos pues que preguntarnos si la transparencia
ayudará o dificultará el acceso (a los fármacos)? ".
Cueni opina
que transparentar los gastos en investigación y desarrollo podría
desalentar la generación de tratamientos innovadores y demorar el acceso
de los pacientes a nuevos medicamentos fundamentales para salvar vidas.
Pero
Kronig, aún no hay suficiente claridad sobre el impacto que los costos
de investigación y desarrollo podría tener sobre la innovación. Y en
este momento, explica, los costos de investigación y desarrollo no son
factores que Suiza considere en las negociaciones de precios.
Patrick
Durisch, de la oenegé Public Eye, ve las cosas desde otra perspectiva.
“¿Cómo puede una autoridad, no solo en el caso de Suiza, establecer un
precio sin saber cuánto se ha invertido (en la innovación de un
medicamento) y cuáles fueron exactamente los costos de I + D? Estos
todavía se consideran un secreto comercial. Incluso la FOPH, cuya misión
es establecer los precios, desconoce cuánto se canaliza a I + D. ¿Cómo
fijar entones un precio justo?".
¿Existe algo parecido al precio justo?
¿Cuál
es el precio justo para los medicamentos?, es la pregunta que está
detrás de todos los debates sobre transparencia. Las empresas defienden
los precios altos argumentado que las inversiones en investigación y
desarrollo son muy importantes. Pero trabajos de investigación realizadas por la OMS, Suiza y otras fuentes confirman que los precios no tienen conexión con los costos y que las ganancias de las farmacéuticas siguen en aumento.
Compañías
como Novartis y Roche incluso han dicho que los costos no son la mejor
forma de determinar los precios. Con los nuevos tratamientos de terapia
génica que curan enfermedades con un solo tratamiento, exigen virar
hacia un modelo basado en el valor de los resultados obtenidos en los
pacientes y en los ahorros que suponen para los hospitales y los
sistemas de salud.
Cueni avala esta posición argumentando que
enfocarse solo en los costos de investigación y desarrollo no permite
una evaluación real sobre el valor que un medicamento ofrece a los
pacientes y a los sistemas de salud.
Pero un modelo basado en
estos argumentos está lejos de simplificar los cálculos cuando hay que
responder a la compleja pregunta de cuánto vale una vida.
Durisch
dice: "Imaginemos que los precios se basaran siempre en el valor que
tienen las cosas. ¿Cuánto valdrían entonces un chaleco salvavidas o una
bolsa de aire? Y ¿cuánto vale una vida?”.
Durisch cree que la fijación de precios basada en el valor es una mera estrategia de la industria farmacéutica para esconder sus costos de inversión real. “Tampoco habría límites (para los precios basados en el valor) porque básicamente todos los pacientes que padecen una enfermedad mortal están listos para pagar mucho dinero por un medicamento. Esto es tomar a los pacientes y a los gobiernos como rehenes”.
Durisch cree que la fijación de precios basada en el valor es una mera estrategia de la industria farmacéutica para esconder sus costos de inversión real. “Tampoco habría límites (para los precios basados en el valor) porque básicamente todos los pacientes que padecen una enfermedad mortal están listos para pagar mucho dinero por un medicamento. Esto es tomar a los pacientes y a los gobiernos como rehenes”.
El destino de la
resolución italiana podría decidirse en estos días. Pero sea cual sea su
desenlace, es poco probable que el tema se extinga pronto.