uniminutoradio.-Comprar Monsanto por la suma récord de 63.000 millones de dólares, se
estimaba como el negocio perfecto, de manera tal que para Werner
Baumann el CEO de la gran farmaceutica alemana, fue algo así como la
coronación de su vida laboral.
Pero ahora, solo se trata de limitar los
daños. Baumann ya anunció la reducción de varios miles de puestos de
trabajo. En Leverkusen, sede de Bayer en Alemania, aparentemente
subestimaron los riesgos legales asociados con numerosas demandas por
glifosato contra Monsanto en Estados Unidos.
La crisis aumenta
ante la realidad de prácticas de espionaje de Monsanto que en el año
2016 se hizo a más de 200 políticos, científicos, periodistas y líderes
agrícolas en función de sus posiciones respecto a los organismos
genéticamente modificados (OGM). La semana anterior, un fiscal de París
abrió investigación preliminar sobre el tema, reportado por Le Monde
-uno de cuyos periodistas aparecía en el listado- y el canal France2. La
denuncia apunta al responsable de “la recolección de datos personales
por medio fraudulento, desleal e ilícito”.
La empresa alemana
Bayer anunció que contratará un bufete de abogados externo para que
investigue el proyecto de Monsanto que según medios franceses se
creó para reprimir críticas y presionar a fin de conseguir la
aprobación de pesticidas, incluido el controvertido herbicida
Roundup.
En un primer
documento que data de 2016, una cartografía con el logo de Monsanto
y del gigante francés de la publicidad Publicis clasifica a los
principales actores del debate sobre los pesticidas en Francia en
función de su grado de influencia.
Una segunda agencia
de comunicación, Fleishman Hillard “habría por su parte
utilizado en 2016 otro archivo”, que reúne en particular las
direcciones privadas o los números de teléfono no publicados de 200
personalidades.
Estos últimos
fueron “evaluados sobre varias temáticas, desde OGM a
pesticidas con notas de 0 a 5 en función de la credibilidad,
influencia y el grado de apoyo a Monsanto”, afirma el reportaje.
En otro documento,
una tabla apunta a 74 “objetivos prioritarios” divididos en
cuatro grupos: los “aliados”, los “potenciales aliados
para reclutar”, las personalidades “a educar” y
aquellas “a vigilar”.
Le Monde, Le
Parisien y Radio France, tres grandes medios franceses cuyos
periodistas figurarían en dichas listas, anunciaron que acudirán
ante la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL), la
agencia francesa de protección de datos. No descartaron presentar
también una denuncia ante la justicia.
Por su parte, en un
breve comunicado enviado a la AFP, Fleishman Hillard aseguró que
“respeta las leyes en vigor” y “los máximos
estándares éticos de conducta”. “Asumimos muy seriamente
esta responsabilidad y examinamos cuidadosamente las cuestiones
tratadas por algunos medios de comunicación sobre las listas de
personas implicadas que incluían informaciones disponibles
públicamente”, agregó la agencia de comunicación.
“Es un hallazgo
muy importante porque esto prueba que hay estrategias objetivas de
demolición de voces fuertes”, comentó la ex ministra de Medio
Ambiente Ségolène Royal, entonces clasificada como persona “a
vigilar”, por su inclinación a prohibir el glifosato.
Es “muy
probable” que Monsanto haya tenido un comportamiento similar en
otros países europeos, comentó Matthias Berninger, director de
asuntos públicos y sustentabilidad de Bayer, el lunes en una
videollamada con reporteros.
Si bien Bayer no
tiene indicios de que Monsanto haya infringido las leyes al compilar
información sobre personas que consideraron de apoyo o críticas
para sus operaciones, eso no significa que su comportamiento se
ajuste a los principios éticos u otras regulaciones, afirmó la
compañía. Esta práctica “no es la forma en que Bayer busca el
diálogo con la sociedad y los accionistas”, añadió el domingo
en un comunicado. “Nos disculpamos por este comportamiento”.
Bayer recurrirá a
abogados externos porque no quiere tener acceso a la información que
Monsanto recabó, explicó Berninger. Está en conversaciones con
posibles firmas en EEUU y anunciará su elección en los próximos
días. La empresa se encargará, entre otras cosas, de averiguar si
la información se recopiló de manera “inapropiada o incluso
ilegal”, detalló Berninger.
El programa parece
encajar con un patrón de comportamiento pasado de Monsanto que
Berninger comparó con un jugador de fútbol que apunta al cuerpo de
un oponente y no a la pelota. “Eso es absolutamente inaceptable
y bajo mi liderazgo no será tolerado”, aseguró.
El contrato entre
Monsanto y la agencia de comunicaciones Fleishman Hillard, que
estableció esas listas con la posición de los afectados sobre
cuestiones como los organismos genéticamente modificados, “se
extendía a toda Europa”, señaló el ejecutivo.
En un comunicado
conjunto en el que anunciaron su decisión de presentar una denuncia
por el caso, el Instituto Nacional de Investigación Agronómica
(INRA) y el Centro Nacional de Investigacion Científica (CNRS)
franceses dijeron que la elaboración de esas listas “es
inaceptable”.
El veredicto de los accionistas y analistas es más
que contundente, el valor de las acciones de la casa matriz de Monsanto
cayó vertiginosamente, en más de un doce por ciento, lo que equivale a
alrededor de ocho mil millones de euros. Los propietarios de acciones de
Bayer desde la adquisición de la empresa estadounidense Monsanto, ya
no disfrutan de sus beneficios: las acciones han pasado de valer 100
euros el verano pasado, a 60 euros en la actualidad.
Bayer ha
integrado completamente a Monsanto y también tiene una visión completa
de los documentos, como medida de precaución, ya han reservado 660
millones de euros para posibles multas, pero es muy dudoso que esto sea
suficiente en vista de la actual ola de fallos judiciales un total de
más de 11.000 demandantes.
Monsanto lanzó el
herbicida en 1970 y ganó mucho dinero. La expiración de su patente,
sin embargo, hace que actualmente Monsanto no sea el único
fabricante, sino solo el más famoso. Y después de que la Agencia
Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificara
al glifosato como posible cancerígeno en 2015, antes de la compra de
Monsanto, los usuarios del producto que enfermaron de cáncer
acudieron a los tribunales, especialmente en Estados Unidos, y
especialmente contra Monsanto. Desde entonces, el total de
demandantes ha llegado a los 13.400.