segs.- El presidente del INPI (Instituto Nacional de la Propiedad Industrial), Claudio Furtado, afirmó que los backlogs (stock de pedidos aguardando decisión) de patentes se reducirán en un 80% en dos años.
El anuncio fue hecho durante el CAS Summit de Innovación, evento realizado por el Chemical Abstracts Service (división de la American Chemical Society) que discutió los desafíos a la innovación en Brasil, con la presencia de gigantes del sector químico como Basf, Braskem, Ultrapar y Abiquim.
Actualmente, el backlog en el registro de marcas y patentes en Brasil llega a 7,2 años. Al reducir para dos años, el presidente del INPI pretende ver a Brasil convertirse en referencia en propiedad intelectual en el mundo. "Si Brasil produce 30.000 solicitudes de patentes al año y China 1,5 millones, hay algo muy mal por aquí y estamos luchando para revertir este escenario", dijo Furtado.
"Eso significa que aumentaremos en un 350% nuestra eficiencia en las decisiones técnicas. Actualmente, tomamos 17 mil decisiones técnicas al año y pasaremos a realizar 64 mil ", afirmó el presidente del INPI.
Esto será posible, según Furtado, gracias a una serie de medidas que se están poniendo en práctica para mejorar la productividad. Una de ellas es el teletrabajo, que está dando la oportunidad de que una parte de los examinadores trabajen desde la casa.
"La meta era para que ellos aumentar en un 30% su eficiencia con esa medida y el resultado fue mejor de lo que esperábamos, pues llegó al 41%", explicó.
Otra iniciativa es la simplificación del examen de patentes con la ayuda de un programa (PPH) que ofrece seguridad jurídica a las decisiones, sin que el examinador pierda su autonomía por decidir o no la concesión del registro.
El presidente del INPI también conmemoró la adhesión de Brasil al Protocolo de Madrid, recién aprobada por el Congreso y que deberá ser firmada por el presidente Jair Bolsonaro la próxima semana.
Con ello, el propietario de la marca podrá protegerla de una sola vez en 120 países diferentes, que representan cerca del 80% del comercio global.
"La marca Café do Brasil, por ejemplo, sólo vale en Brasil. Hasta que un empresario en Turquía resolvió registrarla en su país. Este tipo de problema perjudica muchos mercados nacionales y tenemos que hacer que el pequeño y mediano exportador tenga sus marcas protegidas internacionalmente ", ejemplificó Claudio Furtado.