Nicole Hao.-El año pasado China tuvo más barreras comerciales que ningún otro
país, según un informe de la Comisión Europea publicado el 17 de junio.
El Informe de la Comisión sobre Barreras al Comercio y la Inversión (pdf)
dice que los nuevos aranceles lanzados por China en 2018 afectarán a
25.700 millones de euros (28.800 millones de dólares) de exportaciones
de la UE, lo que representa la mitad del impacto total de las nuevas
barreras.
En total, 23 países no pertenecientes a la UE establecieron 45 nuevas
barreras comerciales en 2018, lo que eleva el número total a un máximo
histórico de 425 medidas en 59 países diferentes, según el informe.
China y Rusia fueron los países con las medidas comerciales más
“problemáticas” en general, con 37 y 34 respectivamente, según el
informe.
El año pasado, China fue “responsable de las barreras más
importantes”, según el informe, erigiendo cuatro nuevas barreras. Le
siguieron Estados Unidos, Argelia e India.
“Estos obstáculos afectaron a las exportaciones de la UE por valor de
miles de millones de euros y proyectan una preocupante sombra sobre el
sistema multilateral de comercio reglamentado”, escribió en el informe
Cecilia Malmström, Comisaria de Comercio de la UE. “Esto es tan
inaceptable como injustificado”.
En conjunto, las nuevas barreras establecidas el año pasado habían
afectado o podían afectar a 51.400 millones de euros (57.800 millones de
dólares) de las exportaciones de la UE.
Barreras TIC
La Comisión señaló que la nueva barrera del régimen chino en el
sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es
la que tiene mayor impacto en las exportaciones de la UE, que afectan a
24.900 millones de euros (27.900 millones de dólares) de flujos
comerciales.
El informe dice que el régimen introdujo varias medidas de
restricción del comercio en sus industrias de alta tecnología, en
consonancia con sus objetivos generales en el marco de una política
industrial conocida como Made in China 2025.
La política busca transformar al país en una potencia manufacturera
de alta tecnología para el año 2025, centrándose en industrias como la
robótica, aeroespacial y farmacéutica.
El informe también destacó las “injustificables normas de
ciberseguridad y encriptación” del régimen, que se aplicaron en virtud
de la Ley de Ciberseguridad que entró en vigencia en junio de 2017.
Entre ellas se encuentra un conjunto reforzado de normas cibernéticas
conocidas como ‘esquema de protección multinivel cibernético’ que
entrará en vigencia en diciembre.
El informe dice que estas reglas podrían bloquear el acceso al mercado a las empresas extranjeras.
“El objetivo de estas normas es clasificar todos los sistemas de información por su nivel de seguridad”, dice el informe.
“Según el nivel de sensibilidad percibido, las compañías extranjeras podrían ser excluidas de ciertos segmentos de mercado”.
El borrador de las normas publicado el mes de junio del año pasado,
según el informe, también era “problemático”, ya que dejaba algunos
conceptos clave sin definir, dejando así un “considerable margen de
interpretación”.
El informe también expresa la preocupación de que, en virtud de estas
normas, las empresas se verían obligadas a someterse a procedimientos
innecesarios de ensayo y certificación para solicitar determinados
sistemas informáticos.
Las medidas también pueden amenazar la propiedad intelectual de las empresas, añade el informe.
A principios de marzo, la Comisión, en un informe sobre las relaciones UE-China, también criticó a la segunda economía más grande del mundo por sus políticas proteccionistas.
En contraste con las políticas de apertura de mercados de la UE, el
informe de marzo decía que Beijing estableció una serie de barreras que
impiden a las empresas de la UE acceder al mercado chino, entre ellas,
obligar a las empresas europeas a transferir tecnología a cambio de
acceso al mercado, y someter las exportaciones de alimentos y productos
agrícolas a procedimientos discriminatorios y onerosos.