pharmabaires.- La
Cancillería argentina aseguró que el acuerdo firmado entre el Mercosur y
la UE no modifica el actual sistema de propiedad intelectual, pero
industriales y sindicalistas coinciden en desconfiar de la palabra
oficial y esperan acceder a la letra “chica” del tratado de libre
comercio.
“Según
parece escucharon nuestras advertencias y no cruzaron la línea roja de
las patentes farmacéuticas, pero vamos a esperar a que muestren el
convenio en el Congreso Nacional para acceder a la letra chica”, afirmó un directivo de los laboratorios nacionales.
El texto difundido por la Cancillería argentina bajo el título de “instructivo” asegura que el acuerdo “NO MODIFICA LA LEGISLACIÓN EN MATERIA DE PATENTES Y DATOS DE PRUEBA
(en mayúsculas en el original). El acuerdo no implica aumentar los
niveles de protección en materia de patentes, datos de prueba o
variedades de plantas”.
Sin
embargo, la versión que difundió la UE casi en simultáneo en Bruselas
y reproducida por varios diarios europeos introduce otra mirada más
preocupante:
“Principales
características del acuerdo comercial UE-Mercosur El acuerdo
UE-Mercosur de región a región eliminará la mayoría de los aranceles
sobre las exportaciones de la UE a Mercosur, haciendo que las empresas
de la UE sean más competitivas al ahorrarles 4.000 millones de dólares
en impuestos por año. En lo que respecta a los sectores industriales de
la UE, esto ayudará a impulsar las exportaciones de productos de la UE
que hasta ahora han estado enfrentando aranceles altos y en ocasiones
prohibitivos. Entre ellos se incluyen automóviles (arancel del 35%),
autopartes (14-18%), maquinaria (14-20%), productos químicos (hasta
18%), productos farmacéuticos (hasta 14%), ropa y calzado (35%) o tejidos de punto (26%)”, afirmó un párrafo del comunicado.
Eva Bamio,
economista experta en comercio exterior y relaciones internacionales de
la consultora argentina ABECEB, coincidió con esta lectura al afirmar
que “otro sector de Mercosur que va a notar la presión de la
competitividad es el farmacéutico. Se eliminarán los aranceles que
gravan los productos importados con un 14%”.
“Los
consumidores se beneficiarán y tendrán acceso a una gama más amplia de
medicamentos, pero los productores de la región van a tener más
competencia”, pronosticó la experta de ABECEB.
"Por
más que uno quiera, Argentina es un país emergente y no va a poder
alcanzar el gasto en Investigación y Desarrollo de la industria
farmacéutica francesa o alemana", completó Bamio.
Entre las primeras organizaciones sindicales que se pronunciaron en contra del tratado con la UE figuró la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS) al expresar su “rechazo a la extensión de las patentes y a la protección de los datos de prueba”.
“La
realidad muestra que el sistema de patentes en el caso de los
medicamentos sólo sirve para excluir del mercado a nuevos competidores,
puntualmente a los productores públicos o privados de medicamentos
genéricos”, alertó la central sindical regional.
Héctor Daer,
uno de los secretarios generales de la CGT y del sindicato ATSA
coincidió que “lo que para el presidente es un acuerdo histórico que nos
integra al mundo, es en verdad una sentencia para nuestro sistema
productivo y el de la región” y compartió el comunicado de la CCSCS.
El diario La Nación también se refirió a las “líneas rojas” de las que habla la industria, pero en una editorial de Carlos Pagni
se cuestiona el poderío “descomunal” del sector, le adjudica a los
laboratorios acumular rentabilidad protegidos por el Estado e introduce
por la ventana una discusión sobre el Convenio PAMI en la que sugiere
acuerdos amañados en el pasado que favorecieron supuestamente a la
industria farmacéutica.
“No
fue casual una frase usada anteayer por la secretaria Marisa Bircher:
Puedo decir que mantuvimos todas las líneas rojas que nos pedía el
sector privado, afirmó, cuando LA NACION le preguntó por la compleja
negociación sobre la propiedad intelectual”, escribió el diario.
La Nación recordó que habían sido "Las cámaras de la industria farmacéutica del Mercosur agrupadas en ALIFAR” las que habían pedido al término de su última Asamblea Anual en Paraguay “un
acuerdo comercial con la Unión Europea equilibrado, mutuamente
beneficioso para las partes y que permita mantener las líneas rojas en
materia de derechos de propiedad intelectual de medicamentos".
Carlos Pagni
en su editorial introduce un análisis sutil que al final del recorrido
resulta sesgado y una confirmación de sus escasas simpatías con los
laboratorios nacionales. Se trascribe textual para respetar hasta la
última coma:
“La
industria farmacéutica logró algo que se creía imposible. En este
acuerdo no se cuestionará la propiedad intelectual, lo cual quiere decir
que los laboratorios nacionales podrán seguir desarrollando
medicamentos sin pagar por las investigaciones que llevaron a la
invención de esos medicamentos. Además, podrán producir medicamentos
accediendo, sin pagar nada, a las pruebas médicas en las que se basen.
Sin
este sector, probablemente no hubiera habido acuerdo porque el poder
que tiene la industria farmacéutica sobre la política argentina es
descomunal.
Otro
punto es el contrato del PAMI para la compra de medicamentos. Esta
entidad -que regula el 40% de los medicamentos que se venden en la
Argentina y, por lo tanto, fija el precio de los remedios- compraba los
medicamentos sin licitación. Macri abrió licitaciones en el PAMI para la
compra de medicamentos de los abuelos. En el Gobierno no hacen mucha
bulla de este triunfo.
Este es un debate de gran importancia, sobre todo para Alberto Fernández, que fue un gran responsable de los acuerdos de medicamentos en el PAMI, que se realizaron durante la época de Néstor Kirchner.
Sería
muy interesante un debate entre Macri, "la derecha", y Fernández, "la
izquierda", acerca de quién defiende más a los jubilados en cuanto a los
precios de los medicamentos y la forma en que el PAMI adquiere esos
medicamentos, y cuál es la relación de cada uno de estos
sectores con la industria farmacéutica que está detrás de esos negocios
tan protegidos en el Estado.
José Urtubey,
vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), defendió un
modelo industrial y reconoció que “pedíamos lo referente a propiedad
intelectual, que se tuvieran en cuenta las economías regionales, que
somos un país en desarrollo, y no tenemos sistema financiero, un sistema
tributario acorde a la producción”.
El
PJ en una declaración afirmó que “el acuerdo alcanzado va mucho más
allá́ de la desgravación arancelaria para un universo de bienes — entre
ellos automotores, autopartes, textiles, indumentaria, medicamentos, lácteos, industrias vitivinícola y olivícola, etc.- sino que además avanza sobre un conjunto de normas de propiedad intelectual,
denominaciones de origen, reglas de origen, compras gubernamentales,
comercio de servicios, comercio electrónico, etc. sin reconocer las
asimetrías entre ambas regiones ni contemplar un trato especial y
diferenciado a favor del Mercosur, principios básicos de las
negociaciones comerciales entre actores de muy distinto grado de
desarrollo”.
Por el contrario, la diputada del PRO, Cornelia Schmidt Liermann, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores -donde se discute la aprobación del Tratado PCT- pronosticó que “creceremos con inversiones directas. México
triplicó sus inversiones cuando firmó el acuerdo con la UE y Sudáfrica
logró multiplicar por seis las inversiones europeas”.
Desde
Brasil también hubo intentos del Ministerio de Economía de promocionar
la “lluvia de inversiones” estimando un incremento de 87 mil millones de
dólares en el PIB en los próximos quince años.
Sin
embargo, las perspectivas desde la industria farmacéutica de Brasil son
sombrías y menos venturosas que las promesas de inversiones o de
crecimiento del comercio exterior.
Telma Salles, presidenta de la Asociación Brasileña de Industrias de medicamentos genéricos (PróGenéricos),
ve este escenario con preocupación y pone de relieve la importancia de
esta categoría. "Genéricos fue el único segmento de la industria
farmacéutica que experimentó un aumento en la cuota de mercado en los
últimos cuatro años, por lo que es una alternativa segura para asegurar
la adhesión de la población a los tratamientos", destacó.
Mercosur
reducirá los aranceles a cero del 91% de las importaciones de Europa en
un período de diez años y “esta lista puede contemplar las drogas
medicinales que aparecen en primer lugar entre los productos más
importados por la UE a Brasil en 2018 - un movimiento de 3,83 mil
millones de dólares, equivalentes al 11%, del total según la Oficina de
Comercio Exterior. Los insumos para la industria ocuparon el cuarto
lugar, con 1,250 millones de dólares (3,6%)-”, advirtió Salles.
El presidente Mauricio Macri
recibió a medio centenar de cámaras industriales -incluida CILFA- en la
Residencia de Olivos para promocionar el acuerdo como un salto de
calidad que favorecerá las exportaciones y para consensuar el debate
político – además del técnico y regulatorio- que se aproxima en el
Congreso Nacional.
Un
comunicado del Ministerio de Producción aseguró que “todos los
presentes consensuaron que el acuerdo representa un hecho histórico y
una oportunidad para fortalecer la inserción de la Argentina en el mundo
y ofrecer productos y servicios que respondan a los estándares de
calidad internacional”.
“En
este sentido, el diálogo y el apoyo con el sector privado es la clave
para potenciar la productividad y competitividad de las empresas”, completó el ministro de Producción, Dante Sica, a la salida de Olivos.
Pero, el diagnóstico de Sica fue rebatido por la APYME (Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios)
que públicamente sostuvo que “la discusión sobre el pre acuerdo
Mercosur – UE revela su poca consistencia e inviabilidad a medida que se
conocen detalles”.
“Es evidente el apuro del Gobierno por “vender” a la sociedad globos de colores en el periodo pre electoral”, cuestionó APYME.
“No
hace falta ver la “letra chica” para saber quiénes pierden y quiénes
ganan. Por lo pronto, los gobiernos europeos, que no dejarán de
subsidiar a sus sectores sensibles, tienen motivos para ponderar las
concesiones realizadas en favor de sus empresas en materia de compras
públicas, patentes y normas de origen”, completó APYME.