Por Sandra Cuevas Ramiro
El Tribunal General de la Unión Europea ha dictado una sentencia que anula la decisión de la Comisión Europea de negar el acceso a los mensajes de texto intercambiados entre Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, y Albert Bourla, presidente y director ejecutivo de Pfizer, en el contexto de las negociaciones para la compra de vacunas contra la COVID-19.
La demanda fue interpuesta por Matina Stevis, periodista del diario The New York Times, en virtud del Reglamento europeo sobre el acceso a documentos públicos. La Comisión alegó que no poseía los mensajes solicitados, pero el Tribunal ha determinado que esta respuesta no estuvo debidamente fundamentada y que existen indicios claros de la existencia de tales comunicaciones.
Una sentencia que refuerza el derecho a la información
El Tribunal recordó que el derecho de acceso a los documentos es un principio fundamental del funcionamiento democrático de la UE, y que las instituciones deben garantizar la mayor transparencia posible. Si bien se admite que una institución puede declarar la inexistencia de un documento, esta afirmación puede ser rebatida por quien solicite el acceso, siempre que aporte pruebas coherentes y relevantes.
Eso fue precisamente lo que hicieron Stevis y The New York Times, al presentar elementos que sugieren la existencia de mensajes entre von der Leyen y Bourla, en un momento clave en el que se negociaban contratos multimillonarios para el suministro de vacunas durante la pandemia. Estas pruebas incluyeron declaraciones públicas y reportajes previos que daban cuenta de estos intercambios.
Falta de explicaciones y contradicciones de la Comisión
El Tribunal criticó duramente la incoherencia y falta de rigor en la actuación de la Comisión. Señaló que sus respuestas se basaron en suposiciones e información cambiante, sin aportar detalles sobre las búsquedas realizadas para localizar los mensajes.
Tampoco se aclaró si dichos mensajes fueron borrados, si esa supresión fue voluntaria o automática, o si el teléfono móvil de la presidenta fue reemplazado durante el periodo en cuestión (enero de 2021 a mayo de 2022). Además, la Comisión no justificó por qué consideró que los mensajes no contenían información relevante que requiriera ser archivada oficialmente.
Implicaciones políticas y éticas
El fallo representa un serio revés para la Comisión Europea, en particular para su presidenta, al poner en entredicho los mecanismos de transparencia institucional en uno de los procesos más delicados de la gestión de la pandemia. Las negociaciones con las farmacéuticas, por su impacto sanitario y económico, han sido objeto de un intenso escrutinio público.
Además, plantea un precedente importante en el debate sobre el estatus documental de los mensajes de texto y otras formas modernas de comunicación utilizadas por altos funcionarios. El Tribunal deja claro que la informalidad del canal no exime de la obligación de conservar información relevante para el interés público.
Reabrir la búsqueda
Tras esta sentencia, la Comisión podría verse obligada a reabrir la búsqueda de los mensajes o, en su caso, ofrecer explicaciones detalladas sobre su supuesta inexistencia. También queda abierta la posibilidad de que el caso escale políticamente, con posibles peticiones de comparecencia ante el Parlamento Europeo para que se aclaren las circunstancias de la comunicación entre Von der Leyen y Pfizer.
El New York Times celebró la sentencia como una victoria para la libertad de prensa y la transparencia institucional, mientras que organizaciones civiles han reclamado una revisión a fondo de los protocolos de conservación de comunicaciones electrónicas en las instituciones europeas.