Ramón Lorenzo
Las empresas transnacionales adoptaron el sistema mundial de patentes para colonizar los mercados globales
y comercializar sus mercancías sin barreras tecnológicas que
obstaculicen el desarrollo de sus industrias militares, alimentarias,
farmacéuticas, mecánicas, electrónicas y toda otra rama de la tecnología
existente, pues todo es patentable para la nueva doctrina de la
propiedad intelectual.
Bajo un máscara de
innovación y modernidad, las principales empresas estadounidenses y
europeas presionan y suman a los gobiernos de los países en desarrollo y
más pobres para que mantengan un sistema de
patentes alineado con las políticas marcadas por los organismos
internacionales de propiedad intelectual, quienes a través de sus
enviados, reaseguran el eficaz de la normativa global enmarcada en los
acuerdos TRIPS-ADPICs, impuestos por las empresas propietarias de la
mayor parte de las patentes y de las marcas registradas en el mundo.