sábado, 9 de julio de 2011

¿Porque las transnacionales inundan al mundo con propiedad intelectual?

Ramón Lorenzo
 

Las empresas transnacionales adoptaron el sistema mundial de patentes para colonizar los mercados globales y comercializar sus mercancías sin barreras tecnológicas que obstaculicen el desarrollo de sus industrias militares, alimentarias, farmacéuticas, mecánicas, electrónicas y toda otra rama de la tecnología existente, pues todo es patentable para la nueva doctrina de la propiedad intelectual.
Bajo un máscara de innovación y modernidad, las principales empresas estadounidenses y europeas presionan y suman a los gobiernos de los países en desarrollo y más pobres para que mantengan un sistema de patentes alineado con las políticas marcadas por los organismos internacionales de propiedad intelectual, quienes a través de sus enviados, reaseguran el eficaz de la normativa global enmarcada en los acuerdos TRIPS-ADPICs, impuestos por las empresas propietarias de la mayor parte de las patentes y de las marcas registradas en el mundo.

domingo, 3 de julio de 2011

“Invención”: usurpación de lo ya existente


 Marx Gómez 



 


El capitalismo hoy
Lo que caracteriza a cada época económica no es lo que se hace sino cómo se hace y con qué instrumentos se hace. En ese sentido, el conocimiento cobra cada vez más importancia por ser precisamente el determinante de las relaciones sociales de producción que caracterizan este contexto actual, a saber, el capitalismo global, informacional, cuya economía está sustentada, precisamente, en el conocimiento.
Entendiendo que el capitalismo se caracteriza por la concentración de los principales medios de producción en un número de manos cada vez menor; comprendiendo que dicho sistema es un sistema-mundo tal y como lo expresa Wallerstein y que en el mismo la economía-mundo se sustenta en el esquema centro-periferia, podremos visualizar la configuración de la división internacional del trabajo entre países (periféricos) que suministran materia prima y países (centrales) que desarrollan constantemente su industria y procesan el flujo de recursos provenientes de aquellos. En tal esquema podemos situar –económicamente- a los primeros países en el Sur (en vías de desarrollo) y a los últimos en el Norte (países altamente industrializados, desarrollados).
Bajo este esquema, los países centrales no solo procesan la materia prima que proviene del Sur sino que al terminar dicho proceso, sitúan las mercancías en el mercado mundial obteniendo así un segundo beneficio: un flujo neto de capitales del Sur hacia el Norte. Tal es el “negocio redondo” del capitalismo. Para mantener esa faena es necesario, pues, que los países centrales se encarguen de mantener aseguradas sus principales fuentes de recursos, tanto económicos como naturales, y por consiguiente, edificar todo un aparato jurídico-político de pretensiones globales que permitan alcanzar sin muchos contratiempos este objetivo.