Observatorio Sudamericano de Patentes
Según la propia Organización Mundial de la Propiedad Intelectual
(OMPI) -brazo especializado de la OMC, de los Estados Unidos y Europa-
ha “reaccionado positivamente” al pedido de un grupo de nueve países de
América del Sur – Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador,
Paraguay, Perú, Suriname y Uruguay – de asistirlos en las actividades
que desarrollarán para mejorar los servicios que prestan a los usuarios
nacionales e internacionales del sistema de propiedad intelectual
(P.I.) y que, en una primera etapa, ello supondrá compartir los
resultados de los exámenes de las solicitudes de patentes así como
otros recursos de P.I.
En realidad OMPI se ayuda a sí misma y a las corporación para las
que trabaja y de las que cobra su presupuesto y los abultados sueldos
de los abogados, técnicos e ideólogos que se encuentran viviendo en
Ginebra, a cambio de evangelizar a los países sudamericanos (y el resto
de la periferia) con el discurso demagógico que convoca a “diseñar el
futuro”.
El pedido de “ayuda” a la OMPI figuraba en una carta dirigida a su
Director General, el australiano Sr. Francis Gurry, y fue firmada de
puño y letra por el Presidente de la oficina de propiedad industrial de
la Argentina (INPI-Argentina), Sr. Mario Aramburu, en nombre de los
nueve países. En la carta se informaba que los nueve países habían
decidido llevar adelante un proyecto regional cuyo objetivo es
“desarrollar una plataforma común que permita la integración, el
intercambio de información y la compatibilidad de los sistemas de las
nueve oficinas participantes.
” El proyecto lleva el nombre de “Sistema de Cooperación Regional en
Propiedad Industrial” y se lo conoce por las siglas PROSUR. En la
carta se pide la cooperación de la OMPI “para apoyar el desarrollo
general del proyecto PROSUR … en su calidad de agencia cooperante y
especializada”.
Fuentes cercanas a OMPI aseguraron que la decisión de que fuera la
oficina argentina quien llevara adelante el pedido responde a bajar la
exposición de la oficina brasileña dado la delicada situación por la
que atraviesa su director, Jorge Ávila, quien ya ha sido acusado de
defender intereses de laboratorios extranjeros, no así los demás
representantes de las oficinas participantes, quienes desarrollan un
doble juego: por un lado adoptan posiciones favorables al organismo
internacional y las empresas globales –farmacéuticas y biotecnológicas
principalmente- y por el otro lado afirman defender la propiedad
intelectual y fomentar la innovación de sus países, hechos que son
mutuamente excluyentes.
OMPI dice ser consciente de la preocupación general que causan la
calidad de las patentes y la eficiencia del sistema mundial de
patentes, ha desarrollado una plataforma tecnológica, denominada
WIPO-CASE, que permite compartir los resultados confidenciales de las
búsquedas y los exámenes entre las oficinas de P.I., la cual ya está
siendo utilizada o evaluada por otros grupos regionales. De hecho, OMPI
es consciente que el sistema de patentes tal cual ha sido diseñado por
las multinacionales entró en colapso y, so-pretexto de disminuir la
acumulación de solicitudes de patentes, coopta oficinas de países
sudamericanos detrás de un proyecto que fue señalado como dudoso y
perjudicial para los ciudadanos por varias ONGs de la salud y los
alimentos, además de especialistas en P.I. de todo el mundo.
En verdad, el organismo mundial “cooperante” esta enlazando las
regiones del mundo y armonizando el funcionamiento de las oficinas de
propiedad intelectual hasta llegar a una convergencia en la “Patente
Mundial”. En este punto los resultados de concesión de una patente de
un país en vías de desarrollo o no desarrollado, quedará en manos de
oficinas y examinadores de patentes de Estados Unidos, Canadá,
Alemania, España, Australia o Gran Bretaña.
Aquí se acaba la soberanía de un Estado para diseñar su futuro en
materia de desarrollo industrial nacional porque la propiedad
intelectual es un medio de construir el desarrollo de los países más
avanzados. La cooperación y plataformas de trabajo son instancias
previas a la obtención del objetivo deseado por la OMC / OMPI:
derrumbar las barreras que impiden el patentamiento de todas las
tecnologías creadas por las empresas monopólicas globales.
El Sr. Gurry expresó su satisfacción por la colaboración que se han
planteado esos nueve países de América del Sur. El Sr. Aramburu dijo
que se trata “del primer paso hacia la integración de las oficinas de
P.I. de la región”.
¿Que dirán los presidentes de estos países?
lunes, 25 de abril de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
La “inocencia” del gobierno argentino en propiedad intelectual
Observatorio Sudamericano de Patentes
Ministra de producción, Débora
Giorgi
Una
vez más el gobierno de Cristina Kirchner se presta a la trampa montada
por la Organización Mundial de la Propiedad intelectual (OMPI) y su
socio local, el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI),
perteneciente al Estado argentino.
El programa del encuentro regional con la participación de “30 expertos
internacionales” se desarrolló en la ciudad de Buenos Aires, en un
hotel céntrico de esta sureña ciudad, los días 6 y 7 de abril con la
participación de actores públicos y privados, como le gusta aconsejar a
los lobistas norteamericanos en materia de propiedad intelectual para
garantizar la continuidad de las políticas neoliberales y las ganancias
de las empresas: mezclar funcionarios del gobierno y lobistas
internacionales para blanquear las políticas neoliberales que en materia
de propiedad intelectual continúan en varios países de la región.
Los
funcionarios argentinos (incluída la Ministra de producción, Débora
Giorgi) y latinoamericanos aparecen como invitados en su propia tierra, y
los usuarios y beneficiarios asistentes al evento como
los integrantes de los estudios jurídicos o empresas transnacionales,
hacen de parteners en el montaje de un escenario donde se captan también
a las universidades o sectores nacionales empresarios. El desparpajo es
tal que la asistencia a la reunión organizada por un organismo nacional
es además arancelada.
El
llamado al encuentro regional se basó en una de las falsas premisas con
la que los ideólogos de la propiedad intelectual hacen propaganda del
sistema mundial de las patentes -que beneficia a las empresas
extranjeras- relacionando la información contenida en los documentos de
patentes con la innovación tecnológica como reza el programa del encuentro de Buenos Aires.
La trampa consiste en magnificar supuestas cualidades de la información
técnica develadas en las patentes y hacer creer a los empresarios,
investigadores y al mismo gobierno que la información que brindan son un
mecanismo de acceso a la innovación: este argumento es rechazado por
muchos especialistas de renombre mundial reconocidos por el propio
gobierno argentino como Joseph Stiglitz.
Mientras
tanto y bajo este manto de fastuosos encuentros auspiciados por el
organismo internacional de la propiedad intelectual OMPI, se continúa
presionando al gobierno de Cristina Kirchner para
modificar leyes e intentar extender el plazo de vigencia de las patentes
medicinales, crear monopolios en materia de software y biotecnología
-controladas por Estados Unidos y Europa- o aumentar las penas para el
mal denominado delito de “falsificación de marcas” -que ya está
tipificado en la ley argentina- pero que se intenta utilizar para evitar
la aparición de medicamentos genéricos en el país.
La
maniobra consiste en asociar un delito real y cuantitativamente poco
frecuente como la adulteración de un medicamento (penado por la ley
argentina) a la falsificación de una marca e impedir el ingreso de
medicinas a precios más baratos desde mercados alternativos como el
chino o indio, beneficiando a laboratorios de los EE UU, la Unión Europea o Israel.
En
el encuentro de especialistas abundó la presencia de aliados de OMPI,
un representante de empresas británicas, un integrante de cámaras
farmacéuticas españolas, varios de la oficina española de patentes y
marcas (OEPM), un innoto conferencistas colombiano, algún funcionario de
la oficina de patentes de Brasil -cuestionada por defender intereses farmacéuticos
no nacionales- representantes de universidades privadas, algunos pocos
incautos funcionarios argentinos de tercera y cuarta línea, y varios
funcionarios de OMPI, quienes fueron los anfitriones, pues un solo
expositor resulto pertenecer a la oficina argentina.
La
oficina de patentes argentina y la “inocencia” del gobierno tras el
espejismo de la innovación a través de la propiedad intelectual
desdibujan al gobierno nacional y popular de Cristina
domingo, 17 de abril de 2011
Brasil postergó firma de acuerdo con EE UU en materia de patentes
Observatorio Sudamericano de Patentes
La necesidad de profundizar la discusión y aclarar algunos aspectos de un acuerdo sobre patentes entre el Instituto nacional de Propiedad Industrial (INPI) y su par de los Estados Unidos (USPTO), postergó su firma antes de la visita de Obama. La información fue suministrada por la Agencia Brasil.
EL acuerdo permitiría ingresar a la oficina de patentes del país sudamericano al programa Patent Prosecution Highway (PPH) a partir del cual los examinadores brasileros podrían utilizar los resultados de búsquedas y concesión de patentes de examinadores de los Estados Unidos.
Ávila explico que el PPH es un mecanismo sugerido originalmente por los japoneses como una solución para aliviar o backlog (la acumulación de patentes en una oficina de propiedad industrial) y evitar el colapso administrativo y la demora que esto le provoca a las empresas transnacionales en el patentamiento de sus productos en todo el mundo. “casi todas las oficinas de los países desarrollados tienen acuerdos en este molde”, justificó Ávila.
Por su parte y antes del intento en firmar el acuerdo con los Estados Unidos, hubo una queja del grupo de trabajo sobre propiedad intelectual de la Rede Brasileira de Integração dos Povos (GTPI/Rebrip). La entidad aseguró que el PPH no trae ventajas para Brasil anticipando que de firmarse ese acuerdo caerá la calidad del examen de patentes en el país.
La abogada Renata Reis, representante del GTPI/Rebrip, dijoa la Agencia Brasil que “tiene serias dudas de que las ventajas propaladas por el INPI realmente vayan a suceder”.
Renata Reis afirmó que la reducción de la acumulación de patentes sin análisis es un sueño de toda oficina de patentes. La GTPI no cree que eso será resuelto con soluciones del tipo PPH porque el 30% de las solicitudes que se presentan en Brasil vienen de los Estados Unidos. Eso no sucede en el sentido contrario. “Nosotros no presentamos en los países desarrollados un número considerable de solicitudes de patentes, entonces, en realidad vamos a recibir muchas más solicitudes del programa PPH que en el sentido inverso, dijo Reis”.
En la evaluación del GTPI, los examinadores del INPI serán presionados (como ya ocurrió con los examinadores argentinos que aplicaron un sistema similar) a seguir el examen hecho por los Estados Unidos. “Eso no es bueno para Brasil. Cuanto más patentes extranjeras tengamos, más rehenes quedamos de las empresas internacionales” afirmó.
Enfatizó que Brasil necesita realizar un análisis criterioso en esta materia, especialmente en este caso en que el país tiene pocas solicitudes de patentes nacionales y muchas solicitudes internacionales.
Ávila por su parte negó que el PPH fuera a representar privilegios para los Estados Unidos, quienes son el mayor solicitante internacional de patentes como afirma el GTPI/REBRIP. De acuerdo con esta entidad las solicitudes provenientes de Estados Unidos están en una fila paralela y dejan para lo último a las patentes nacionales y de otros países.
Algunos especialistas sostienen que esta es una maniobra para beneficiar a las empresas transnacionales que es auspiciada por los bufetes de abogados que presionan para que el acuerdo con los Estados Unidos se firme y utilizan a Ávila como aliado.
El director de la oficina brasileña reconoció que existe una fila propia en el programa PPH, pero se justificó diciendo que existe un gran problema con la acumulación de patentes en todo el mundo y su oficina está buscando “soluciones colaborativas” para examinar patentes en construcción con otras oficinas de América del Sur (que también se prestan a las maniobras de los Estados Unidos)
Para este director “El sistema bilateral de acuerdos PPH es un instrumento más en este conjunto” y consideró como natural que haya dudas y que deban aclararse antes de participar Brasil de un programa semejante.
El tema será debatido hasta que el gobierno y la sociedad como un todo se sientan seguros en relación al sistema, afirmó quien fuera acusado en el Parlamento del Brasil de defender los intereses de laboratorios extranjeros.
La necesidad de profundizar la discusión y aclarar algunos aspectos de un acuerdo sobre patentes entre el Instituto nacional de Propiedad Industrial (INPI) y su par de los Estados Unidos (USPTO), postergó su firma antes de la visita de Obama. La información fue suministrada por la Agencia Brasil.
EL acuerdo permitiría ingresar a la oficina de patentes del país sudamericano al programa Patent Prosecution Highway (PPH) a partir del cual los examinadores brasileros podrían utilizar los resultados de búsquedas y concesión de patentes de examinadores de los Estados Unidos.
Ávila explico que el PPH es un mecanismo sugerido originalmente por los japoneses como una solución para aliviar o backlog (la acumulación de patentes en una oficina de propiedad industrial) y evitar el colapso administrativo y la demora que esto le provoca a las empresas transnacionales en el patentamiento de sus productos en todo el mundo. “casi todas las oficinas de los países desarrollados tienen acuerdos en este molde”, justificó Ávila.
Por su parte y antes del intento en firmar el acuerdo con los Estados Unidos, hubo una queja del grupo de trabajo sobre propiedad intelectual de la Rede Brasileira de Integração dos Povos (GTPI/Rebrip). La entidad aseguró que el PPH no trae ventajas para Brasil anticipando que de firmarse ese acuerdo caerá la calidad del examen de patentes en el país.
La abogada Renata Reis, representante del GTPI/Rebrip, dijoa la Agencia Brasil que “tiene serias dudas de que las ventajas propaladas por el INPI realmente vayan a suceder”.
Renata Reis afirmó que la reducción de la acumulación de patentes sin análisis es un sueño de toda oficina de patentes. La GTPI no cree que eso será resuelto con soluciones del tipo PPH porque el 30% de las solicitudes que se presentan en Brasil vienen de los Estados Unidos. Eso no sucede en el sentido contrario. “Nosotros no presentamos en los países desarrollados un número considerable de solicitudes de patentes, entonces, en realidad vamos a recibir muchas más solicitudes del programa PPH que en el sentido inverso, dijo Reis”.
En la evaluación del GTPI, los examinadores del INPI serán presionados (como ya ocurrió con los examinadores argentinos que aplicaron un sistema similar) a seguir el examen hecho por los Estados Unidos. “Eso no es bueno para Brasil. Cuanto más patentes extranjeras tengamos, más rehenes quedamos de las empresas internacionales” afirmó.
Enfatizó que Brasil necesita realizar un análisis criterioso en esta materia, especialmente en este caso en que el país tiene pocas solicitudes de patentes nacionales y muchas solicitudes internacionales.
Ávila por su parte negó que el PPH fuera a representar privilegios para los Estados Unidos, quienes son el mayor solicitante internacional de patentes como afirma el GTPI/REBRIP. De acuerdo con esta entidad las solicitudes provenientes de Estados Unidos están en una fila paralela y dejan para lo último a las patentes nacionales y de otros países.
Algunos especialistas sostienen que esta es una maniobra para beneficiar a las empresas transnacionales que es auspiciada por los bufetes de abogados que presionan para que el acuerdo con los Estados Unidos se firme y utilizan a Ávila como aliado.
El director de la oficina brasileña reconoció que existe una fila propia en el programa PPH, pero se justificó diciendo que existe un gran problema con la acumulación de patentes en todo el mundo y su oficina está buscando “soluciones colaborativas” para examinar patentes en construcción con otras oficinas de América del Sur (que también se prestan a las maniobras de los Estados Unidos)
Para este director “El sistema bilateral de acuerdos PPH es un instrumento más en este conjunto” y consideró como natural que haya dudas y que deban aclararse antes de participar Brasil de un programa semejante.
El tema será debatido hasta que el gobierno y la sociedad como un todo se sientan seguros en relación al sistema, afirmó quien fuera acusado en el Parlamento del Brasil de defender los intereses de laboratorios extranjeros.
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