Responsables vinculados a la sanidad, la innovación tecnológica, la
propiedad intelectual, la industria farmacéutica y el ámbito
universitario de los 12 estados que conforman la Unión de Naciones
Suramericanas (UNASUR) participaron esta semana en Buenos Aires de un
seminario dedicado a la integración de esas temáticas y su aplicación en
la salud pública.
Bajo el título "Salud pública, innovación y propiedad
intelectual", el seminario convocado por el Instituto Suramericano de
Gobierno en Salud de la UNASUR, la cartera sanitaria nacional, a cargo
de Juan Manzur, y el Grupo Técnico de Acceso Universal a Medicamentos de
UNASUR, destacó la importancia que la unidad regional ha tenido en los
espacios de negociación multilaterales como la Organización Mundial de
la Salud (OMS). Alentó a los funcionarios presentes a seguir adoptando
posiciones y recomendaciones en el marco del bloque suramericano y a
elevarlas ante los foros regionales y mundiales.
"Con una identidad ya consolidada, la UNASUR es
reconocida y respetada en los espacios de negociación globales que se
encontraban reservados para los países que hegemónicamente han dominado
la agenda sanitaria internacional. La presencia de la UNASUR en las
discusiones sobre acceso a medicamentos como un componente fundamental
del derecho a la salud ha obligado a que muchos países se sienten a
hablar de estos temas, sabiendo que para la región los intereses de
salud pública se encuentran por sobre de los intereses comerciales",
sostuvo el viceministro de Salud de la Nación, Eduardo Bustos Villar.
El funcionario recordó la declaración firmada en 2009
por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el marco de la "III
Reunión Ordinaria del Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno
de la UNASUR" en Quito, Ecuador. Entonces, los mandatarios del foro
regional saludaron la declaración del Consejo de Salud Suramericano que
ratificó "el concepto de la supremacía de la salud pública sobre los
intereses económicos y comerciales".
"Los medicamentos, vacunas y equipos que se requieren
para atender enfermedades de importancia en salud pública, entre ellas
la pandemia de influenza, deben considerarse bienes públicos globales",
afirmaba esa declaración. "Los derechos de propiedad intelectual no
impiden, ni deberán impedir, que los Estados Partes adopten medidas para
proteger la Salud Pública", agregaba.
Al brindar la conferencia inaugural del seminario, la
politóloga estadounidense Susan Sell, catedrática de la universidad
George Washington y asesora de varios organismos internacionales, señaló
las distintas estrategias que adopta la industria farmacéutica que
concentra los monopolios (llamada "big Pharma") junto con otras grandes
industrias, beneficiarias principales del sistema de propiedad
intelectual. En su ponencia la experta hizo especial referencia a la
forma de "saltar" de un foro de negociación a otro hasta conseguir el
espacio donde encuentren el "clima" adecuado para alcanzar su objetivo.
Caricaturizando esta relación como las persecuciones
entre los personajes de dibujos animados Tom y Jerry, Sell destacó que
Jerry, a quien identificó con los países menos adelantados, "aparece en
este juego con desventaja", pero consideró que con el tiempo "ha
aprendido a valerse de algunos medios que le han demostrado que vale la
pena continuar la pelea con Tom", caracterizando así a la industria
multinacional del software, farmacéutica y de entretenimiento.
"La propiedad intelectual no puede ser un fin en sí
mismo", sostuvo la académica estadounidense que finalizó su conferencia
recomendando la aplicación de medidas como la adoptada en forma conjunta
por los Ministerios de Salud de la Nación y de Industria, éste último a
cargo de Débora Giorgi, que establecieron pautas rigurosas a la hora de
examinar las solicitudes de patentes farmacéuticas limitando la
concesión de las mismas a aquellas solicitudes que realmente entrañen
altura inventiva.
"Como una llana estrategia comercial, en una gran
cantidad de casos las solicitudes de patentes farmacéuticas sólo
pretenden alcanzar la protección de exclusividad para mantener
monopolios sin que medie invención ni mérito inventivo alguno. La
resolución 09/09 de la Reunión de Ministros de MERCOSUR señala la
preocupación de los ministros de Salud por la proliferación de
solicitudes de patentes farmacéuticas que no poseen altura inventiva y
apenas incorporan innovaciones marginales", recordó el director de
Economía de la Salud de la cartera sanitaria nacional, Augusto Pippo.
El funcionario consideró que "debe tenerse en cuenta
que detrás de cada patente farmacéutica se está generando un monopolio, y
que un monopolio desregulado es igual a precios más altos que los
socialmente óptimos. Estas situaciones se traducen en menor acceso a los
medicamentos o en un aumento del gasto que resulta regresivo y que
eleva el riesgo de las familias de quedar en situación de pobreza y pone
al límite a los presupuestos de los ministerios de salud de los
países."