martes, 4 de octubre de 2016

Argentina: el conflicto por las patentes sigue en Tribunales

pharmabaires.com.- Los laboratorios nacionales presentarán recursos de amparo para frenar en la justicia la reciente resolución 56 del INPI que modifica el sistema de patentabilidad en el país. CAEME apoyó los cambios como era de esperar y el gobierno minimiza los efectos futuros mientras negocia el TLC  con la UE. Mientras tanto, Precios Cuidados para los medicamentos sucumbió antes de empezar.

CILFA presentó un recurso administrativo ante el INPI para frenar la resolución 56 que para los laboratorios nacionales implica convertir al organismo en “una mesa de entrada” para patentes “importadas y express”.
Si el INPI no admite ese recurso de CILFA –como es previsible- entonces el siguiente paso será acudir a la justicia, trámite que se cumplirá durante los próximos días.  Es previsible porque el organismo no puede anular una resolución adoptada hace apenas dos semanas y además porque el Ministerio de Economía ya avisó que “no hay marcha atrás”.
Una delegación de empresarios farmacéuticos nacionales estará esta semana en El Vaticano participando de un seminario internacional sobre bioética y si las condiciones lo permiten, intentarán transmitirle algún mensaje al  Papa Francisco sobre las asechanzas para “el acceso a la salud en la Argentina” que implicaría el nuevo régimen.
Cooperala también prepara un recurso de amparo para presentar en la justicia por canales separados a CILFA, aunque con un contenido similar y que preparaban algunos de los mejores especialistas en propiedad intelectual disponibles en el país.
La cámara de los laboratorios extranjeros, CAEME, defendió la resolución al afirmar que “la Argentina tiene los estándares más restrictivos de la región y de muchos países del mundo” para la obtención de las patentes industriales.
CAEME en un comunicado aseveró que “es  total y absolutamente respetuosa de las decisiones administrativas tomadas por las autoridades regulatorios del país” y aclaró que la resolución 56 “es de índole general y no se aplica exclusivamente para la industria farmacéutica”.
Mariano Genovesi, gerente de Asuntos Legales de CILFA, respondió que “la resolución permitirá que se abra la puerta a considerar las patentes que ya están dadas en otros países, sin que se realicen estudios de fondo aquí”.

Coincidentemente, se conocieron estadísticas recientes de la Junta de Juicios y Apelaciones de Patentes de Estados Unidos  (US Patent Trial and Appeal Board) que concedió el 79 por ciento de  todos los recursos de impugnación.

En el 89 por ciento de los casos la junta dictaminó  que se trataban de patentes que carecían de valor, aunque en el 42 por ciento de los casos las empresas biotecnológicas que solicitaron las patentes, consiguieron posteriormente que un fallo judicial revirtiera el dictamen previo de la  US Patent Trial and Appeal Board,

El abogado Matthew Kreeger, un abogado especializado en propiedad intelectual de Nueva York, sostuvo que “el 35 por ciento de las patentes farmacéuticas son consideradas no patentables. Perder un tercio de las veces no es un número bajo, pero no está fuera de lo normal”.

Juicios, demandas, apelaciones, recursos de amparo, extensas batallas en los tribunales. Ese parece el destino también en Argentina a partir de la resolución 56, que deja abierta la puerta a un sistema de patentamiento que puede servir para negociar el TLC con el UE, pero no ahorrará largos y costosos juicios domésticos.

Sobre el tratado de libre comercio con la UE, Cooperala ha reiterado su posición a las autoridades de Comercio y Cancillería que negocian con los sectores industriales: ningún acuerdo debe renunciar a las flexibilidades del Acuerdo Trips de la OMC.

En este contexto, también ha sido enterrado el proyecto de Precios Cuidados para los medicamentos. Voceros de la industria aseguraron que no tiene nada que ver con “la grieta” que ha instalado el conflicto de patentes.

Simplemente, en un contexto inflacionario, nadie quiere o puede asumir compromiso de Precios Cuidados, una iniciativa que comenzó a mediados de año y que tampoco tiene mucho sentido cuando falta 90 días para fin de año.