El
inglés John Sulston, Premio Nobel de Medicina 2002, falleció el pasado 6
de marzo a los 75 años. Fue uno de los precursores del Proyecto del
Genoma Humano por el cual recibió la máxima distinción internacional y
además fue muy crítico del sistema de Propiedad Intelectual.
The Guardian
de Londres publicó al informar de su muerte que “laureado en Fisiología
/ Medicina en 2002, Sulston dijo que la ciencia puede ser impulsada por
la necesidad y la curiosidad, lo que requiere un grado sustancial de
apertura y confianza entre los jugadores. Cada vez más, sin embargo, la
imagen es una de propiedad privada de la ciencia y la innovación, una situación bienvenida por los gobiernos y los inversores que controlan la dirección de la investigación.
Pero la consecuencia es canalizar la ciencia hacia áreas rentables y
mantenerse alejados de aquellos que no ganarán dinero”, advirtió.
Para Sulston esa tendencia tenía “varias consecuencias, incluyendo el descuido de la investigación sobre enfermedades de los pobres y la producción de medicamentos innecesarios vendidos a través del marketing de alta presión” “Ha habido una falla en la distribución equitativa de los bienes de la ciencia ", había denunciado.
La
propiedad intelectual es un problema ideológico en lugares como la
Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), dijo Sulston.
“Las
compañías farmacéuticas consideran que cualquier mejora en el sistema
lo debilita, pero nadie dice que tengan que dar todo. El sistema debería
ser un "buen servidor" no elevado a un "nivel teísta", afirmó.
“La
falsificación se ha convertido en un problema importante”, reconoció
Sulston.y “la tendencia es vincular la falsificación con IP, pero no
están conectados. Si las drogas se venden a su costo de producción o
justo arriba, los falsificadores tendrían poco espacio para jugar. El sistema de IP está causando la producción de productos falsos”, aseveró.
Sulston
recomendó volver a la vieja práctica de separar la investigación y el
desarrollo de la producción, diciendo que mezclar los dos conduce al
cabildeo y la publicidad en I + D. Dividirlos permite una entrega
equitativa de los productos y puede hacer que la I + D sea abiertamente
accesible,“pero solo si quienes comparten la ciencia también comparten sus beneficios”.
Esa
separación parece estar ocurriendo en cierta medida, cuando empresas
privadas como la Fundación Bill y Melinda Gates canalizan dinero hacia
la salud pública, comparó Sulston, pero advirtió “contra el regreso a los tiempos victorianos cuando la sanidad era respaldada por la filantropía”.
Por eso,
instó a que los asuntos de salud mundial fuesen coordinados por la
Organización Mundial de la Salud, aunque reconoció que la organización
“no cuenta con fondos suficientes” y que “los gobiernos y los intereses
comerciales presionan mucho”.
“Revertir la tendencia hacia la privatización de la ciencia es crítico”, repitió Sulston en reiteradas ocasiones.
“El mundo
debería concentrarse en la supervivencia y la prosperidad de la
humanidad, y la exploración del universo”. El resultado, añadió, depende
en gran medida de "a quién pertenece la ciencia".