(EFE).- El Gobierno estadounidense
impondrá aranceles del 25 % a determinados productos chinos con
"tecnología industrial significativa" como parte de sus acciones para
combatir el robo de propiedad intelectual del que acusa a Pekín, indicó
hoy la Casa Blanca.
"Para proteger
nuestra seguridad nacional, EE.UU. implementará restricciones
específicas de inversión y controles reforzados de exportaciones para
personas y entidades chinas relacionadas con la adquisición de
tecnología industrial significativa", apuntó la nota de la Casa Blanca.
En
concreto, el gobierno del presidente Donald Trump anunció que impondrá
un arancel del 25 %, por un valor de 50.000 millones de dólares, a las
importaciones chinas que contengan tecnología industrial que Washington
considera violan la normativa de propiedad intelectual.
La medida, a la que sumarán otras similares aún por desvelar, se comenzará a aplicar a partir del próximo 30 de junio.
"EEUU
continuará sus esfuerzos para proteger la tecnología doméstica y la
propiedad intelectual, detener las transferencias no económicas de
tecnología industrial significativa y propiedad intelectual a China, y
asegurar el acceso al mercado chino", agregó el comunicado.
El
anuncio se produce diez días después de que el secretario del Tesoro de
EEUU, Steven Mnuchin, señalase que la guerra comercial con Pekín
quedaba "en suspenso" tras una serie de conversaciones en Washington con
una delegación de alto nivel de China liderada por Liu He, principal
asesor económico del presidente Xi Jinping.
Este
fin de semana se prevé que viaje a Pekín Wilbur Ross, secretario de
Comercio de EEUU, con el objetivo de rebajar las tensiones con el
gigante asiático.
Trump, sin embargo, afirmó la pasada semana no estar "satisfecho" con la negociación comercial con China.
"Quiero
que sea un gran acuerdo para EEUU y que sea un buen acuerdo para China
también. Puede que no sea posible", agregó, al insistir en que el
abultado déficit comercial con Pekín de 500.000 millones de dólares
anuales es la prueba de que el comercio es injusto y desventajoso para
Washington.
EE.UU. ha exigido a Pekín
que reduzca en 200.000 millones de dólares este desequilibrio, si no
quiere ser objeto de más sanciones comerciales.