Aprovechar la pérdida de patentes. Ésta es una tarea que Europa tiene
pendiente en materia de biosimilares, con una baja tasa de penetración,
según el estudio Health at a Glance: Europe 2018, publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE),
donde hace una comparativa de 23 países y señala la contradicción de
que, aun así, las ventas en Europa representen casi el 90 por ciento de
las ventas globales.
Si bien el informe destaca a Alemania como el único
país con todos los biosimilares aprobados y financiados, destaca las
medidas que han hecho mejorar las tasas de penetración en tres países:
España (con un incremento del 14 por ciento en 2005 al 47,5 por ciento
en 2016), Dinamarca (de menos del 40 por ciento en 2007 al 60 por ciento
en 2015) y Países Bajos.
El informe señala que, pese a las bajas tasas de penetración,
a fecha de 31 de marzo de 2018 se aprobaron más de 40 biosimilares de
15 biológicos de origen diferente, de los que sólo 19 nuevos fueron
autorizados en Europa entre enero de 2017 y marzo de 2018.
Por ello, la OCDE ve una oportunidad en los biológicos originales que perderán la patente de aquí a 2024. En ese sentido, Regina Múzquiz, directora general de la Asociación Española de Biosimilares (Biosim),
informa a CF que en los próximos años perderán la patente ranibizumab,
abatacept, eculizumab, omalizumabe y ipilimumav, “casi todos
monoclonales. Esto hará crecer el mercado”.
Según moléculas
Aun así, Múzquiz sostiene que los datos de este informe hay que cogerlos con pinzas. “No establecen una posición respecto a todas las moléculas en conjunto, sino molécula a molécula”, afirma, e indica que España está sobre el puesto 14 en global de moléculas. “Es muy curioso que tanto a nivel europeo como autonómico y en cada hospital, haciendo un zoom, la cuota de mercado o tasa de penetración de cada biosimilar es diferente”.
Biosim defiende incentivos que repercutan en mejoras del ejercicio clínico
Así, subraya que en España la tasa de penetración es muy positiva en filgrastim,
factor estimulante de colonias de granulocitos y, sin embargo, muy baja
en ethanercept. “Habría que hacer un estudio comparativo, caso a caso”,
comenta.
A su vez, el informe describe las políticas de incentivación de cada país, de manera que destaca cómo en España el precio es negociado, “normalmente un 20 ó 30 por ciento por debajo del precio de referencia”.
A su vez, el informe describe las políticas de incentivación de cada país, de manera que destaca cómo en España el precio es negociado, “normalmente un 20 ó 30 por ciento por debajo del precio de referencia”.
Farmacia-hospital
No obstante, Múzquiz matiza y diferencia entre el precio para la oficina de farmacia y el precio para la venta en hospitales,
que es aún menor: “Hay que tener en cuenta que ese es el precio de
venta de laboratorio (PVL) que le pone el ministerio nada más entrar al
mercado. Es decir, le pone un precio al Clexane, que es enoxaparina
sódica, y llegan tres compañías con biosimilares que piden reducir un 20
o 30 por ciento. Ese es un precio fijo para la venta en farmacia, pero
es un precio máximo para la venta en hospitales”, indica Múzquiz.
El informe de la OCDE destaca las medidas tomadas
en España, Dinamarca y Países Bajos
Y es que, según señala, en el ámbito hospitalario la negociación puede hacer bajar aún más los precios.
“Como el 95 por ciento de las moléculas de biosimilares son de
dispensación o utilización hospitalaria, lo del 20-30 por ciento del
precio es irreal, porque la mayoría rebajan después cuando van a los
concursos de los hospitales”, añade.
Por ello, Múzquiz defiende la búsqueda de una fórmula “que no impacte negativamente en el servicio de salud,
que al negociar con el hospital se ahorra el margen de distribución de
la farmacia y mantiene la gestión”. Y recuerda cómo, en sus tiempos de
inspectora de salud, la hormona de crecimiento se dispensaba en las
farmacias, tras un visado. “Por ello creo que salvo un medicamento que
sea de especial seguimiento o de infusión intravenosa, los biosimilares
podrían estar en la farmacia”, añade.
Modelo francés
En términos generales, Múzquiz defiende que se incentive el
biosimilar, “por concepto, aun cuando sea barato, para que el mercado
sea lo suficientemente atractivo para que se siga invirtiendo en él”. Y pone el ejemplo de Francia,
aunque corrige un dato del informe, en el sentido de que “en ningún
país de Europa hay sustitución automática y es el médico quien dirige la
tasa de entrada”.
Así, se refiere al modelo francés, que incentiva al médico no directamente en su retribución, sino en “mejoras en su ejercicio clínico”
(de equipamiento, recursos humanos…). “El proyecto francés, que empezó
en octubre de 2018 y durará tres años, se basa en que cuando un centro
ahorre por el uso de biosimilares, el 30 por ciento repercuta en mejoras
del centro. Esa es nuestra referencia”, señala.
España, en el grupo líder en cobertura de ‘e-receta’
Aparte del uso de biosimilares, el informe de la OCDE dedica también un capítulo a la receta electrónica e historia clínica electrónica, donde España no sale mal parada.
De hecho, se sitúa junto a Finlandia, Estonia, Suecia, Dinamarca y Portugal en el grupo de países con más del 90 por ciento de recetas dispensadas electrónicamente en las farmacias.
Justo la semana pasada se incorporaron Ceuta y Melilla, de manera que
Madrid sería la única autonomía pendiente (está en pruebas, aunque el
presidente del COF de Madrid, Luis González, no lo espera ya hasta
comienzos del 2019).
En cuanto al uso de historia clínica electrónica en Atención Primaria, el informe se refiere a datos extraídos de una encuesta a 15 países europeos, donde la cobertura es superior al 80 por ciento.
Sin embargo, el informe hace distinciones por países, con un uso
mucho más limitado en Croacia y Polonia. En el polo contrario, destaca
la evolución de Dinamarca y Reino Unido, donde se doblaron resultados
entre 2012 y 2016.
En casi todos los países de la encuesta, los pacientes pueden leer la información de su historia electrónica, a excepción de Croacia, República Checa e Irlanda,
y en la mitad de los países (España, Dinamarca, Estonia, Francia,
Grecia, Letonia y Luxemburgo), los pacientes también pueden
interaccionar, añadiendo o modificando una información.