unal.edu.co.- Esta fue una de las críticas formuladas a la política de patentes en
el foro “Políticas públicas en propiedad intelectual e innovación en
salud”, realizado en la Universidad Javeriana con participación del
Centro de Pensamiento en Medicamentos, Información y Poder de la
Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
A juicio de la abogada Carolina Gómez, del equipo de trabajo del
Centro de Pensamiento de la U.N., aunque las patentes han dejado de
garantizar que los nuevos medicamentos sean innovadores, su papel ha
pasado a ser el de un título con el que se pueden realizar movimientos
especulativos entre actores privados.
En el marco del foro también se destacó que una de las falencias más
evidentes en el sistema de patentes es que solo se investiga en aquellos
nichos que cuentan con mercados atractivos, como el de las enfermedades
propias de los países más ricos: “no es una casualidad que en pleno
siglo XXI se carezca de vacunas para enfermedades como malaria, dengue o
leishmaniosis”, señaló la abogada Gómez.
Otra de las falencias del actual sistema de patentes es que estimulan
hechos como que la mayoría de los nuevos medicamentos salgan a la venta
con precios exorbitantes, que aunque pueden ser adquiridos por pequeños
segmentos de la población, están por fuera del alcance de países como
Colombia, e incluso de aquellas economías más desarrolladas como Estados
Unidos, Japón y algunos países de Europa, entre otros.
“La aparición de un medicamento capaz de curar la hepatitis C, con un
precio estimado entre 12.000 y 84.000 dólares por cada tratamiento ha
puesto en jaque su sistema de salud”, precisa la experta, para quien
también es muy diciente la suspensión de un fondo especial para la
adquisición de medicamentos para el cáncer en Inglaterra luego de
escasos tres años de funcionamiento.
Para Juan Felipe Bernal, profesor de Economía de la Universidad
Javeriana, uno de los principales problemas de las patentes es que su
retribución en inversión para el desarrollo de nuevas tecnologías
resulta insuficiente, en la medida en que solo llega a financiar una
parte del bienestar social.
“Algunos economistas piensan que no es necesario otorgar patentes
puesto que el inventor cuenta con una ventaja de tiempo que
necesariamente implica que sea el primero en producir la novedad, de tal
manera que pueda tener una posición dominante sobre el sector”, precisa
el docente.
Innovaciones biotecnológicas
Según la abogada Carolina Gómez el actual sistema de patentes es muy
cuestionable, en la medida en que, para el caso de los medicamentos está
demostrado que no necesariamente conlleva innovaciones en el campo de
las tecnologías biomédicas.
Como los nuevos desarrollos biotecnológicos vienen acompañados de su
correspondiente patente, innovaciones como las nuevas técnicas de
edición genética para crear organismos modificados quedan por fuera del
alcance de la comunidad científica y académica, con los consecuentes
impedimentos para que se pueda avanzar en investigaciones similares.
A pesar de que en sus inicios las patentes se concibieron para
corregir una falla del mercado, la situación actual es que han terminado
por favorecer los intereses de grupos particulares en detrimento del
conjunto de la sociedad, se concluyó en el evento.