chequeado.- La productora audiovisual de Adrián Suar solicitó los derechos de
estas palabras que podrían ser el nombre de una serie en la que están
trabajando. Sin embargo, el proceso todavía está en trámite. Qué podría
pasar si la empresa obtuviera la marca.
En los últimos días, circulan en redes sociales versiones que indican que Adrián Suar es “dueño de los derechos mercantiles” de la frase “No es no” y la palabra “Femicidios”, términos identificados con la lucha feminista en la Argentina. Chequeado pudo verificar que Pol-ka,
la productora fundada por Suar, inició los trámites para registrar
estos vocablos como marca, pero hasta la publicación de esta nota los
derechos no le fueron otorgados. ¿Cuál es la controversia?
En el sitio web
del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), el organismo
público encargado de “aplicar las leyes de protección de la propiedad
intelectual”, se pueden ver las presentaciones realizadas por Pol-ka Producciones SA en julio de 2017 y marzo de 2018, respectivamente.
La productora audiovisual busca registrar los términos en las clases 38, que comprende a las telecomunicaciones, y la 41, que alcanza a los servicios de entretenimiento. En el caso del término “Femicidios” también solicitó los derechos para la clase 16, que protege los derechos de productos impresos.
Si el INPI lo autoriza, Pol-ka será el dueño de estas marcas por diez
años, con posibilidad de renovación, aunque con algunas limitaciones.
“El registro de una marca permite su uso exclusivo y también le da el derecho a su dueño a impedir a otros su uso. Si se le otorga el derecho de estas marcas a Pol-ka, la
productora podría eventualmente impedir que se transmita una campaña
audiovisual que se titule así. Por eso, podría entrar en colisión con la
libertad de expresión”, consideró en diálogo con Chequeado Beatriz Busaniche, presidenta de la Fundación Vía Libre y magister en Propiedad Intelectual de Flacso.
Por su parte, desde el INPI confirmaron a este medio que las
solicitudes de esta productora audiovisual no fueron aceptadas hasta el
momento de la publicación de esta nota.
“Una marca se registra en una determinada clase, en este caso
‘productos audiovisuales’ y ‘productos impresos’, pero eso no limita que
también se pueda registrar el mismo término para otro tipo de
producto/servicio”, añadió Busaniche.
En esa misma línea, desde el INPI ejemplificaron: “La marca
‘Chocolate’ está registrada en la clase 25 (ropa), eso no significa que
la gente no pueda comer, hablar o publicitar chocolates, lo único que no
pueden hacer es vender ropa con la marca ‘Chocolate’”.
Consultado por este medio, desde el área de Comunicación de
Pol-ka explicaron que solicitaron registrar dos o tres nombres posibles
para una serie de ficción basada en casos reales en la que están
trabajando. Recordaron que esta es una práctica que llevan adelante desde 1994, cuando la productora inició sus actividades. Esto mismo se puede comprobar también en el sitio del INPI.
“Toda solicitud de marca tiene un trámite en el cual se hace la
solicitud: se publica para oposiciones y, tenga o no oposiciones, es
necesario luego hacer un estudio de fondo, previamente a la concesión. Las
solicitudes de Pol-ka están a la espera de ese estudio de fondo, en el
cual el INPI analiza, por ejemplo, si es contrario a la moral y a las
buenas costumbres, si es idéntica o similar a una marca anterior o si
viola algún tipo de derechos”, explicaron desde el organismo a Chequeado.
De acuerdo con la Ley de Marcas y Designaciones,
existe una instancia de oposición en donde cualquier persona puede
presentarse ante el INPI para manifestarse en contra del otorgamiento de
los derechos. Sin embargo, “es necesario que tenga un interés legítimo, por ejemplo una marca parecida”, añadió Busaniche.
“En el caso de las solicitudes de Pol-ka no hubo ninguna oposición en
ninguno de los casos. Pero, en el caso de que hubiera habido una
oposición, vencido el plazo amistoso [N. de la R.: de tres meses] para
que las partes negocien su levantamiento, se dispara un procedimiento de
resolución de oposiciones que comienza con un mantenimiento de la
oposición por parte del oponente, con el pago de una tasa”, concluyeron
desde el INPI.