PhRMA,
la cámara de los laboratorios multinacionales de Estados Unidos, está
consiguiendo un milagro impensado hasta hace pocos años: demócratas y
republicanos coinciden que hay que revisar el sistema de patentes, por
lo menos para el mercado interno, para evitar los abusos de precios.
La
singular coincidencia que debe provocar escalofríos entre los
directivos de PhRMA que han gastado fortunas en lobby durante el año
pasado (ver detalles al final de la nota) surgió durante las dos
recientes audiencias simultáneas convocadas en el Congreso de Washington
para abordar el costo de los medicamentos y su incidencia en los
programas oficiales como el Medicare.
El representante republicano Jim Jordan de
Ohio, el miembro de mayor rango del Comité de Supervisión de la Cámara
de Representantes y ex presidente del ultra conservador Freedom Caucus,
inició la audiencia con la propuesta de revisar los períodos de
exclusividad de mercado que otorgan las patentes en territorio
estadounidenses.
Jordan
no fue el único legislador que abordó la idea de reformar el sistema de
patentes para reducir la exclusividad de los lucrativos medicamentos
de marca. El tema fue planteado por legisladores de toda la escala
ideológica, desde el representante conservador Mark Green de Tennessee hasta el demócrata californiano Raja Krishnamoorthi.
Otra de las sorpresas que proporcionaron los republicanos fue la convocatoria del economista Avik Roy
como expositor durante la audiencia en la Cámara de Representantes,
quien es conocido en los círculos políticos de Washington por romper a
menudo con la ortodoxia republicana sobre el tema de los costos de la
atención médica.
En
su testimonio, “Roy asumió directamente que el sistema de patentes,
incluida una larga lista de políticas actuales, mantienen los precios de
los medicamentos altos”, escribió el periodista Lev Facher, corresponsal en Washington de Statnews.com.
En
la segunda audiencia, convocada por el Comité de Finanzas del Senado,
el economista conservador Douglas Holtz-Eakin, el investigador de
políticas Peter Bach y el vicepresidente de la Fundación Laura y John
Arnold, Mark Miller, coincidieron sobre el efecto monopólico de las
patentes en el precio de los medicamentos.
Entre
los tres expositores y los legisladores hubo consenso sobre la
necesidad de acabar con las tácticas "anticompetitivas" de la industria
farmacéutica que “a veces se usan para extender los derechos de
propiedad intelectual y prevenir la competencia”, escribió Lev Facher.
Durante
la audiencia del Comité de Finanzas del Senado, los directivos de
PhRMA eludieron testimoniar en público y su presidente, el senador
republicano Chuck Grassley, aceptó un encuentro en
privado, aunque los demócratas del comité ya pidieron que los vuelva a
convocar y la próxima vez se muestre “más insistente”.
El
senador Chuck Grassley escuchó durante la audiencia el testimonio de la
madre de un joven que falleció el año pasado, porque fue despedido de
su trabajo y no pudo pagarse su tratamiento contra la diabetes.
Grassley,
otrora considerado como un legislador permeable al lobby farmacéutico,
afirmó que el costo de la insulina era "inaceptable", apuntando a las
historias de personas que habían racionado su insulina cuando no podían
pagarla. El republicano de Iowa también criticó a los ejecutivos
farmacéuticos que se negaron a declarar ante el panel.
Varios
de los nuevos legisladores republicanos coincidieron con los demócratas
desligándose del histórico lobby que la industria supo cultivar entre
sus predecesores, estimándose que existen condiciones para avanzar en
una legislación bipartidista sobre regulación de precios que sería,
incluso, del agrado del presidente Donad Trump.
En
la audiencia del Comité de Finanzas del Senado, las discusiones fueron
más moderadas y destacaron el consenso manifiesto por ambas bancadas de
que se debe detener el comportamiento "anticompetitivo" de la industria
farmacéutica y reformar el beneficio de los medicamentos recetados de
Medicare.
Los legisladores también utilizaron ambas audiencias para transmitir otras ideas políticas y el senador Ron Wyden (Demócrata de Oregón) promovió una idea que goza de un amplio apoyo de su bancada: permitir que Medicare negocie directamente con los fabricantes los costos de los medicamentos.
El
economista Roy aportado por los republicanos también se diferenció con
el gobierno de Trump sobre la propuesta de fijar los precios para
Medicare en virtud de un índice promedio de precios del mismo
medicamento en Canadá o Europa “porque los países que Medicare usaría
para fijar los precios son los países equivocados para compararse con
los Estados Unidos porque no necesariamente tienen enfoques basados en
el mercado".
Los
demócratas que pasaron a dominar la mayoría de la cámara de
Representantes desde comienzos de enero, son los que impulsaron las
audiencias públicas para que los directivos de los laboratorios
expliquen los altos precios de los medicamentos recetados. Pero los republicanos se han subido al mismo tren y han dejado marcada su propia agenda.
PhRMA ESTABLECIÓ UN NUEVO RECORD EN ACTIVIDADES DE LOBBY
La
cámara de los laboratorios estadounidenses gastó 27,5 millones de
dólares en sus actividades de cabildeo durante 2018, la mayor cantidad
de dólares gastada en cabildeo en un solo año.
La
cifra surge de las propias declaraciones de PhRMA que debe presentar al
Congreso de Washington sobre sus actividades de cabildeo.
El gasto record anterior era de 25 millones de dólares en 2009 cuando se debatió la Lay de Cuidado de Salud a Bajo Precio.
El
record de 2018 estuvo vinculado a las elecciones de medio término y a
la presión del gobierno de Donald Trump que en varios de sus discursos
sacudió a la industria farmacéutica.
La
Organización de Innovación en Biotecnología, el mayor grupo de cabildeo
para fabricantes de medicamentos y compañías de biotecnología más
pequeñas, también gastó un récord de 9.9 millones de dólares en sus
propios esfuerzos de cabildeo, según muestran las presentaciones,
superando su récord anterior en 2017.
PhRMA
gastó 6 millones de dólares presionando al gobierno en el cuarto
trimestre de 2018, un aumento de 5.9 millones en el mismo período del
año anterior.
Entre
la larga lista de facturas y problemas regulatorios en los que PhRMA
presionó figuró la iniciativa de la administración de Trump de vincular
lo que Medicare paga por los medicamentos a lo que pagan otros países y
una brecha de cobertura de Medicare conocida como el período sin
cobertura.