ipp.- Las buenas intenciones ofrecidas por el presidente de la Oficina Europea de Patentes (OEP), António Campinos, aún no se han traducido en resultados positivos, según el Sindicato de Personal de la OEP (SUEPO).
En una carta dirigida a los jefes de las delegaciones del Consejo Administrativo de la OEP y firmada por el presidente central de la SUEPO, Joachim Michels, SUEPO dijo que era hora de hacer un balance preliminar de la situación, especialmente en relación con el diálogo social, ya que Campinos había asumido sus funciones como presidente. Hace casi un año.
El sindicato del personal dijo que si bien hubo un cambio en la actitud y que las interacciones con el presidente fueron más cordiales, las buenas intenciones aún no se habían traducido en resultados positivos. SUEPO atribuyó esto a la posible interferencia de los funcionarios de la administración del ex presidente Benoît Battistelli.
Uno de los puntos principales de Campinos en su liderazgo fue la restauración del diálogo social. SUEPO observó que, como parte de esto, esperaba que Campinos tomara medidas serias para abordar los casos relacionados con todos los representantes del personal y los dirigentes sindicales que habían sido "sancionados abusivamente" por Battistelli.
Tres de estos casos ya han sido declarados ilegales por el Tribunal Administrativo de la Organización Internacional del Trabajo.
Sin embargo, la carta explicaba que "no se han tomado medidas claras en esta dirección".
Decía: "No debe olvidarse que las acciones concertadas del Sr. Battistelli contra estos representantes del personal no solo arruinaron sus vidas, sino que también empañaron severamente la reputación de la EPO en el público".
"Después de nueve meses de una nueva presidencia, no es irrazonable esperar que ahora, se tomarán medidas más serias y efectivas para indicar un cambio en la actitud de la administración hacia los representantes del personal, incluso mediante la restauración legítima de los derechos de todos nuestros colegas sancionada."
La carta concluyó: "Esperamos que el Sr. Campinos ahora actúe rápidamente para cerrar de una vez por todas el capítulo más oscuro de la historia de la OEP".
En una carta dirigida a los jefes de las delegaciones del Consejo Administrativo de la OEP y firmada por el presidente central de la SUEPO, Joachim Michels, SUEPO dijo que era hora de hacer un balance preliminar de la situación, especialmente en relación con el diálogo social, ya que Campinos había asumido sus funciones como presidente. Hace casi un año.
El sindicato del personal dijo que si bien hubo un cambio en la actitud y que las interacciones con el presidente fueron más cordiales, las buenas intenciones aún no se habían traducido en resultados positivos. SUEPO atribuyó esto a la posible interferencia de los funcionarios de la administración del ex presidente Benoît Battistelli.
Uno de los puntos principales de Campinos en su liderazgo fue la restauración del diálogo social. SUEPO observó que, como parte de esto, esperaba que Campinos tomara medidas serias para abordar los casos relacionados con todos los representantes del personal y los dirigentes sindicales que habían sido "sancionados abusivamente" por Battistelli.
Tres de estos casos ya han sido declarados ilegales por el Tribunal Administrativo de la Organización Internacional del Trabajo.
Sin embargo, la carta explicaba que "no se han tomado medidas claras en esta dirección".
Decía: "No debe olvidarse que las acciones concertadas del Sr. Battistelli contra estos representantes del personal no solo arruinaron sus vidas, sino que también empañaron severamente la reputación de la EPO en el público".
"Después de nueve meses de una nueva presidencia, no es irrazonable esperar que ahora, se tomarán medidas más serias y efectivas para indicar un cambio en la actitud de la administración hacia los representantes del personal, incluso mediante la restauración legítima de los derechos de todos nuestros colegas sancionada."
La carta concluyó: "Esperamos que el Sr. Campinos ahora actúe rápidamente para cerrar de una vez por todas el capítulo más oscuro de la historia de la OEP".
