El ex director de la dirección nacional de patentes de Argentina durante la década del 90, regresa al organismo nacional de propiedad industrial pero ahora como director nacional de marcas
comerciales, luego de trabajar en un buffete de abogados durante los últimos10 años.
El ingeniero Luis Nogués, quien se desempeñara
como director de patentes en el gobierno de Carlos Menem y el ministro Domingo Cavallo desde1993, se mantuvo en el estratégico puesto hasta el año 2003, tras la caída del
gobierno de De La Rua, cuando aduciendo el padecimiento de estrés y una grave
enfermedad, comenzara en poco tiempo a trabajar como encargado del
despacho de patentes de uno de los principales estudios de abogados del país, Richelet
& Richelet, y a pesar que la
normativa de la oficina anticorrupción y la propia la ley de patentes argentina obligan
a un funcionario a esperar 2 años a partir del cese de actividades en una
institución del Estado antes de poder incorporarse al staff de una empresa que
solicita servicios como usuario a la misma administración estatal.
Pasado el tiempo, la sorpresa fue mayor
para los trabajadores de la oficina de marcas y patentes cuando Nogués retornó a su antiguo empleo del Instituto
Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), pero ahora como director nacional de Marcas, en pleno gobierno kirchnerista.
El sistema de “puerta giratoria” de la oficina de marcas y patentes argentina involucra a sus autoridades en un nuevo escándalo denunciado por los trabajadores del
organismo en el que se nombra a un ex director empleado de representantes de
laboratorios y empresas extranjeras para administrar así el sistema nacional de otorgamiento
de marcas comerciales que concederá, a
partir de ahora, a esas mismas y a otras empresas.
Los trabajadores sospechan que Nogués fue convocado por presiones de los laboratorios y firmas norteamericanas para concretar la adhesión del gobierno de Cristina Fernández al Acuerdo de Madrid: un sistema mundial de marcas administrado por la OMC y la Organización de
Armonización de Marcas Internacionales OAMI, que
globaliza el otorgamiento de permisos comerciales a las grandes empresas y del que Argentina no es parte (aún).
Para algunos especialistas argentinos, el "llamativo" nombramiento de un funcionario menemista no sería extraño considerando que el actual presidente de la oficina de marcas y patentes, Mario Aramburu, fue nombrado bajo el gobierno de Eduhardo Duhalde, acérrimo opositor del kirchnerismo.
Los trabajadores no saben aún la actitud que las altas autoridades del gobierno nacional van a tomar en relación a estos movimientos en el organismo nacional dependiente de la ministra de industria, Débora Giorgi y cuya función es aplicar las leyes de marcas, modelos industriales, transferencia de tecnología y la muy sensible ley de patentes.
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