blog de Fernando Frías.-
Una de las estrategias comerciales más típicas de los vendedores de
productos y servicios pseudocientíficos es la de buscarse un aparente
aval oficial. Estudios científicos (aunque en realidad no tengan nada que ver con lo que venden), homologaciones (que realmente no se refieran a eso), informes gubernamentales neutrales (que no son ni informes gubernamentales ni neutrales) y, por supuesto, títulos universitarios,
se emplean a menudo para dar la impresión de que los científicos o las
autoridades han evaluado y dado su visto bueno a la mercancía, aunque
esta absolutamente inútil.