La Comisión Europea propuso un "indicador de resultados de la innovación" con el propósito de que algunos países muestren supuestas mejoras en materia económica aunque utilizando parámetros inconsistentes.
El nuevo indicador se basa en cuatro componentes: La innovación tecnológica medida por el número de patentes, el empleo en actividades intensivas en conocimiento, la competitividad de los bienes y servicios, y el empleo en empresas de rápido crecimiento de sectores innovadores.